El éxito a través de una actitud mental positiva. Motivación, compromiso, apertura mental y predisposición para aprender, crear, innovar y emprender siempre, en todo lugar, de lo simple y de lo complejo, del que sabe mucho y del que sabe poco, de lo presencial y de lo virtual y trabajando en equipos presenciales y/o virtuales son la clave del éxito en cualquier carrera, profesión u oficio.
El mundo del empleo ya cambió. Y cambiará mucho más hacia el futuro. El trabajo del futuro se considera volátil, incierto, complejo y ambiguo.
Muchas cosas han cambiado: la población se triplicó en el mundo entre 1500 y 1900, y se quintuplicó entre 1900 al 2022 llegando ya casi a los ocho mil millones de habitantes. La vida media en 1900 era de 31 años y actualmente supera los 72 años, aunque en algunos países supera los 80 años; sin embargo, hay países donde la esperanza de vida media sigue siendo muy baja.
No creo que se llegue a lo que unos llaman la inmortalidad del ser humano, pero la esperanza de vida continuará aumentando. Con este aumento y con la reducción de la tasa de natalidad se va a producir un envejecimiento creciente de la población, con las ventajas y complicaciones que eso tiene.
Se está produciendo un aumento vertiginoso de la automatización ―combinada con la robotización―, del acceso y uso de la internet, de las aplicaciones de la inteligencia artificial, de la impresión 3D, etc., hasta llegar a lo que hoy se llama la Cuarta Revolución Industrial. Esta, entre otras cosas, implica la convergencia de la infotecnología, la biotecnología, la cognotecnología y la nanotecnología rumbo ya a la Quinta Revolución Industrial. Se necesitaron 1750 años para que se duplicaran por primera vez los conocimientos registrados en el mundo; actualmente, lo hacen cada 73 días y se estima que en 2030 lo harán cada 12 horas.
Por otro lado, el cambio climático, la pobreza, la extrema pobreza, el desempleo, el subempleo, el hambre, la marginación, las pandemias, las epidemias, la violencia, la intolerancia, la corrupción, la desigualdad, la inequidad, etc., nos obligan a impulsar sólidos valores y elevado compromiso social, la empleabilidad y el emprendimiento para aprovechar las potencialidades de las personas, de las comunidades y de la sociedad en su conjunto y construir un mundo mejor para todos y todas.
Muchas carreras, oficios y profesiones desaparecerán en el futuro y aparecerán otras, pero las que queden serán muy diferentes a las actuales en cuanto a conocimientos, habilidades y destrezas requeridas para su exitoso ejercicio.
El llamado pleno empleo ya casi ha desaparecido y no existirá o existirá marginalmente en el futuro, lo que obliga a toda persona a aprender durante toda la vida, en todo lugar y en todo momento, virtual y presencialmente, y con frecuencia migrar de una profesión u oficio a otro y a otro, y centrar su desempeño en la ética, en los valores humanistas, en el arte, la creatividad, la innovación y en su capacidad de trabajar en equipos presenciales y virtuales, en las llamadas soft skills que, en la realidad, ya son y serán cada vez más competencias esenciales o claves.
Kairós, mediante el Tercer Contrato Social de la Educación, promueve una educación sustentada en tres ejes: 1) El fomento de valores requeridos para la nueva sociedad. Esto es importante porque uno de los grandes problemas actuales de la humanidad es un problema de valores. 2) La adquisición de conocimientos, habilidades y destrezas esenciales para el desempeño eficiente de su labor y para aprender a aprender durante toda la vida. 3) El desarrollo de las capacidades o competencias del siglo XXI requeridas para aprovechar las oportunidades, para enfrentar la incertidumbre y los vertiginosos cambios en el mundo del trabajo.
El TCSE fomenta valores como la responsabilidad, el compromiso social, la disciplina, el respeto, la interculturalidad, la equidad, la justicia, la empatía, la solidaridad, el humanismo universal, así como la lucha en contra del racismo, de la homofobia, de la violencia de género y de todo tipo de violencia y de la defensa de la libertad y el respeto a las creencias, a la orientación sexual, a los credos e ideologías, e impulsa el desarrollo de capacidades o competencias para el pensamiento crítico, la comunicación, la colaboración, la conectividad, la creatividad, la resiliencia, la innovación, la acción transformadora y el liderazgo.
Aprender a ser, aprender a pensar, aprender a hacer, aprender a emprender, crear, innovar; aprender a aprender y a reaprender durante toda la vida y aprender a convivir son aspectos, hoy más que nunca, esenciales para tener éxito en la vida y poder ser, además, protagonista de la construcción de una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria y sostenible donde nadie se quede atrás.
Esto es válido para cualquier profesión u oficio, y las Universidades Populares que trabajan desde, con y para la comunidad tienen la capacidad, la posibilidad y la responsabilidad de generar el compromiso, la motivación y las competencias en las personas, familias, empresas, instituciones, organizaciones y comunidades para ser parte de la solución y no del problema, además de potenciar los saberes y las tecnologías al más alto nivel, pero no como fin, sino como medio indispensable para construir paz, bienestar, buen vivir y felicidad en las personas sin discriminación de ningún tipo.
En este libro, en sus diferentes capítulos, por medio de prestigiosas/os autoras y autores, se hace un abordaje de los aspectos generales, específicos y de ejemplos concretos de cómo lograrlo y del histórico, presente y futuro rol de las Universidades Populares en un momento disruptivo de la historia de la humanidad.