En este capítulo vamos a exponer una metodología desarrollada y validada en varios contextos educativos de Europa y Latinoamérica que, desde Emprendedorex, proponemos como renovación metodológica para su aplicación a las Universidades Populares en sus programas educativos.
En las experiencias educativas que estamos llevando a cabo con diversos gobiernos y organizaciones, abordamos un nuevo modelo educativo en el que tomamos como referencia las competencias clave enunciadas en las leyes o normativa educativa de cada país utilizando el MODELO 6-9 en torno al Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Y todo, con el propósito de que cada estudiante pueda diseñar, construir y llevar a cabo su proyecto vital (un estudiante, un proyecto vital).
El aprendizaje basado en proyectos es una metodología que posibilita a los estudiantes adquirir los aprendizajes de manera práctica e innovadora; este enfoque es clave en la escuela del siglo XXI al permitir identificar necesidades y oportunidades en el entorno y la búsqueda de soluciones.
Bajo este enfoque los estudiantes se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje y el docente, en el mediador de estos procesos contribuyendo al desarrollo de las competencias genéricas que lo hacen posible. El docente guía, motiva, inspira y apoya a lo largo del proceso.
En un primer momento, y desde la práctica, el estudiante o el grupo estudiantes, con el acompañamiento del docente, propone una idea basada en una necesidad u oportunidad personal, familiar o social identificada en su entorno alrededor de la cual trabajan las competencias desde el inicio tomando en cuenta sus intereses, talentos y recursos disponibles.
A partir de ahí, y hasta la finalización del proyecto pasando por todas las etapas de organización y ejecución, el docente mediará en el proceso y, dentro de él, en el control de las emociones, el trabajo en equipo, el cumplimiento de compromisos, el fortalecimiento de la identidad, la comunicación, la proactividad y respeto a las ideas, así como en la creatividad e innovación en las propuestas.
La eficacia de esta metodología reside en el trabajo para lograr en la práctica propósitos y metas reales; primero, a través de la consecución de retos sencillos, y luego otros más complejos, para, finalmente, encarar un emprendimiento personal que conduzca al desarrollo profesional. El proyecto de vida de cada estudiante es el foco que guía toda la acción a través de un medio didáctico eficaz (ABP). Un trabajo en el que el profesor o la profesora son claves no solo en el acompañamiento, sino también en la identificación y potenciación del talento y la vocación de cada persona, en coordinación con la familia y la comunidad.
En este capítulo fundamentamos nuestro trabajo en las raíces del aprendizaje por proyectos desde un enfoque constructivista (Piaget, Bruner, Vygotsky, Dewey y el Buck Institude for Education), sumado, además, a los principios de la filosofía del lenguaje (Austin, Flores, Echeverría), complementado con los aportes de los principales líderes educativos de nuestro tiempo (Freire, Robinson, Gerver, Prensky) y tomando como referencia un proceso de participación de multitud de equipos, profesionales e instituciones educativas que han participado con nosotros en la puesta en marcha de numerosas experiencias educativas en Europa y Latinoamérica.
El aprendizaje basado en proyectos como piedra angular para un aprendizaje práctico y significativo
El aprendizaje basado en proyectos (ABP o PBL, Project-basedlearning) es una metodología de aprendizaje en la que los estudiantes adquieren un rol activo a partir de la motivación y el aprendizaje práctico (aprender haciendo).
El valor de esta metodología depende del contexto global en el que se aplica, en la existencia de un marco y un modelo educativo global cuyo sentido y criterio es que cada persona se convierta en protagonista de su vida.
De lo contrario, el aprendizaje por proyectos puede perder su verdadero significado y convertirse en un simple ejercicio o actividad lúdica que no produce un aprendizaje valioso y duradero ni de apropiación de las competencias clave para el siglo XXI.
El aprendizaje por proyectos no es un fin en sí mismo, sino un medio para el desarrollo integral de la persona. Si el aprendizaje por proyectos no se rige por un enfoque y una orientación precisos, sus resultados pueden ser contrarios al objetivo perseguido (desmotivación de profesores y estudiantes, frustración de expectativas…). Es decir, las autoridades del país deben tener presente que el ABP es un instrumento para producir personas emprendedoras en masa, un objetivo estratégico para el desarrollo futuro del país que entronca con sus políticas económicas. Y para ello es necesario que cada persona estudie para emprender y emprenda para prosperar individual y colectivamente.
El aprendizaje de las competencias genéricas se vertebra en torno a los proyectos de los estudiantes
Canalizando la vocación y el talento de cada estudiante a partir de sus propios intereses y motivaciones, partimos de la pregunta: ¿Un proyecto, para qué?
Antes de plantear a los estudiantes que hagan su proyecto, es necesario trabajar el sentido y el criterio y establecer un propósito mayor que dé sentido al aprendizaje y al propio proyecto que cada alumno va a iniciar: un compromiso con los problemas del mundo, del país y la comunidad.
Lógicamente, este es un trabajo que no se remite a un momento puntual (aunque está en el punto de partida), sino que, de manera recurrente, aparece en el conversar de profesores y estudiantes con la finalidad de fortalecer el sentido del compromiso, el legado y la pertenencia. Y, por supuesto, ha de entroncar con los problemas propios del estudiante, sus necesidades, deseos y aspiraciones. El compromiso con un proyecto será más fuerte cuando englobe e integre todos los aspectos referidos a la persona y a su entorno.
Aunque el fin último del modelo que estamos poniendo en práctica es que cada persona construya un proyecto sobre el que edificar su vida personal y profesional, lo que ocurrirá de manera procesual (el estudiante irá aprendiendo mientras participa en proyectos, en una senda donde va alineando su talento, intereses y vocación con un proyecto que cada vez se acerca más a una iniciativa profesional).
El aprendizaje por proyectos también se convierte en una herramienta con la cual profesores y estudiantes descubren los talentos y vocaciones de estos últimos en torno al patrón conversacional: ¿Qué te gusta hacer? ¿En qué eres bueno? ¿En qué se te pasa el tiempo volando?… Y también mediante la observación de sus comportamientos, actitudes y aptitudes.
El descubrimiento del talento y la vocación no es tarea fácil, se puede prolongar en el tiempo (de hecho, la mayor parte de las personas adultas aún no hemos descubierto nuestros talentos, porque esa cuestión no era crucial para el viejo sistema educativo y el modelo económico y social que reproducía).
El protocolo conversacional del profesor con los estudiantes para descubrir sus intereses es: “Todos tenemos intereses particulares y legítimos, también problemas en nuestra familia… ¿Qué te interesa? ¿Qué te preocupa? ¿Cómo te gustaría ayudar a las personas que quieres?” El protocolo conversacional del profesor con los estudiantes para conectar vocaciones e intereses con los problemas globales: “Todos tenemos la responsabilidad de construir un mundo mejor, y por eso es necesario que cada uno de vosotros penséis en cómo hacer una mejora en él… Los grandes desafíos de la humanidad son la lucha contra el cambio climático, el hambre, la pobreza (aquí se pueden trabajar los Objetivos del Desarrollo Sostenible), etc. Los grandes desafíos de nuestro país son… Los grandes desafíos de nuestra comunidad son la mejora de la calidad de vida, de los servicios públicos…”.
Ahora os lanzo unas preguntas para poder trabajar sobre ellas: ¿Qué podríamos hacer para mejorar el planeta, mejorando a su vez nuestro país y nuestra comunidad? ¿Qué actividades podríamos llevar a cabo? ¿Qué proyecto nos gustaría llevar a cabo en relación con nuestros intereses personales?
Todos estos protocolos conversacionales habrán de ser adaptados por los profesores y profesoras a los diferentes contextos y perfiles de los estudiantes (cursos, edades, etc.).
El trabajo en torno a proyectos comenzará por el desarrollo de juegos y actividades, pero siempre en función de un propósito mayor que está en la mente del profesor y en toda la lógica del proceso: que cada estudiante desarrolle su proyecto vital.
La mayor parte de las personas morimos sin descubrir nuestra pasión, y esto nos impide dar lo mejor de nosotros mismos, ser más felices y hacer una contribución al mundo.
Somos conscientes también de que el concepto de “proyecto vital” puede resultar grandilocuente para un mundo en constante cambio y transformación cuando la realidad a la que se enfrentan en su día a día los estudiantes y las personas en general es la de lidiar con la gestión del presente y las circunstancias del momento. Se trata, pues, de una certeza de la que ha de hacerse cargo la educación en la tarea de descubrir posibilidades y aprovecharlas como un camino para el desarrollo personal y profesional que ayude a los estudiantes a desenvolverse con autonomía y, a partir de aquí, avanzar hacia un propósito mayor, o de emprendimiento o un proyecto vital.
Un aprendizaje significativo que movilice la acción en torno a un propósito claro
El proyecto de cada estudiante debe ser auténtico y responder claramente a la siguiente lógica para que sea significativo:
- Paso 1. Creer en el proyecto (creer en las propias posibilidades para llevarlo a cabo): el proyecto responde a la generación de un valor que el estudiante reconoce con la convicción de que con su esfuerzo puede culminarlo.
- Paso 2. Querer hacerlo: apela a la motivación y al deseo de abordarlo.
- Paso 3. Hacerlo: apela a la decisión y a la acción.
- Paso 4. Aprender a hacerlo: con la acción no es suficiente; el profesor junto al estudiante identificarán competencias, habilidades y conocimientos para llevarlo a cabo. Ahí entra en juego el aprendizaje en torno al proyecto, pero con una actitud proactiva/resolutiva que impliquen el desarrollo de otras tareas, como el análisis y la investigación.
- Paso 5. Evaluar lo realizado: conlleva el desarrollo de la escucha y la crítica constructiva.
El protocolo conversacional del profesor con los estudiantes para establecer con claridad el propósito es: “¿Crees de verdad que lo que vas a hacer con tu proyecto es valioso? ¿Crees que puedes culminarlo? ¿Quieres hacerlo y te sientes motivado?” Cuando las preguntas se han respondido afirmativamente, continuamos el proceso: “Ahora hazlo, no importa que te equivoques… Determina lo que necesitas aprender; trazamos un plan para hacerlo (consultar fuentes, investigar, entrevistas con conocedores de la materia), y, periódicamente, evaluamos, escuchamos las aportaciones y las incorporamos al proyecto”.
La definición y concreción de proyecto
La primera dificultad a la que se enfrentarán los docentes será la de encontrar una definición y aplicación satisfactoria del concepto de “proyecto”, ya que este término no tiene el mismo significado cuando se trabaja con un niño o niña de 3 años que cuando se hace con una persona de 20.
Las propuestas de proyectos sobre las que trabajarán los estudiantes se harán en función de las características de cada grupo de edad, desde criterios epistemológicos, psicológicos, sociológicos o didácticos.
Le corresponderá al profesorado adaptar toda esta metodología al contexto del aula y fuera del aula (la educación por proyectos rebasa el espacio físico del aula y se amplía a la comunidad y al mundo).
Nuevamente, estamos en un proceso de reinvención cooperativa de la educación donde no hay manuales ni recetas, todos los actores implicados estamos convocados a tomar la iniciativa, innovar, compartir lo aprendido (aciertos y errores) y gestionar el conocimiento generado.
Los proyectos en edades tempranas serán asimilables a juegos y actividades sencillos que impliquen competencias como: desarrollo de sensibilidad hacia los problemas (escucha), compromiso, responsabilidad, espíritu crítico, capacidad de hacer ofertas, trabajo en equipo, etc. Pero siempre en torno a un sentido y un criterio cuyo fin último es que cada persona construya su proyecto vital y que cada juego o actividad (miniproyecto) sea un peldaño más a la hora de su aprendizaje y construcción mientras se aporta valor a la comunidad y al mundo; de lo contrario, el aprendizaje por proyectos pierde su sentido y valor y corre el riesgo de la banalización.
El protocolo conversacional para darle sentido a partir de los juegos y actividades es: “El profesor propone un reto e indica a los estudiantes que diseñen un proyecto o actividad y lo justifiquen en relación con cómo contribuye a la mejora del planeta, el país y su comunidad (ciudad, barrio, familia…)”.
El profesor puede plantearlo también a la inversa: que cada estudiante (de manera individual o en equipo) plantee una actividad que le gustaría hacer y que determine cómo contribuye a la mejora del planeta, del país y la comunidad.
A través de los juegos y actividades, los profesores van descubriendo y potenciando las vocaciones y talentos de los estudiantes y encauzando la acción formativa hacia ese propósito. Durante el proceso, y sobre todo en las edades más tempranas, los proyectos están ajustados a las condiciones de su edad a través de juegos, actividades y miniproyectos. No importa que los estudiantes trabajen en proyectos diferentes (incluso en edades más adultas), lo importante es que el aprendizaje sea significativo y que las competencias genéricas que se trabajen se vayan interiorizando y sean una fuerza de cambio y transformación para sus vidas.
Si el aprendizaje es significativo en la lógica de aprender haciendo, todas las competencias adquiridas al trabajar un proyecto (aunque se abandone) serán ya patrimonio del estudiante, que las podrá aplicar a cualquier actividad, proyecto o contexto vital en el futuro.
Sistema de competencias claves para el siglo XXI que trabajan los estudiantes mientras desarrollan sus proyectos
Desde los juegos y actividades (fabricar juguetes, decorar muros, elaborar manualidades, etc.) y miniproyectos (limpiar el barrio, reparar el tejado del colegio, plantar un huerto escolar, etc.) hasta los proyectos en edades más avanzadas, enfocados ya a la faceta profesional a través del emprendimiento o el trabajador-emprendedor (proyecto laboral), los cuales se concretarán en la creación de una empresa, actividad por cuenta propia o ajena (trabajador cualificado con nuevas competencias) o proyecto social.
Todo ha de ser contemplado como un proceso que culmina cuando cada estudiante posee las competencias para su autonomía personal y profesional.
La realidad de un mundo cambiante y en permanente transformación impone a la mayoría de las personas la necesidad de adaptarse al desempeño de un buen número de trabajos y actividades profesionales. Por este motivo, por “proyecto vital” también entendemos la adquisición de las competencias para desenvolverse en la vida que el estudiante ha ido aprendiendo mientras realizaba sus proyectos y que, por tanto, es capaz de volver a hacer cuando necesite emprender una nueva iniciativa.
El profesor puede estimular el aprendizaje por proyectos planteando desafíos y preguntas retadoras. El profesor lanza preguntas y los estudiantes buscan respuestas (invirtiendo la lógica educativa tradicional), de ahí la importancia de disponer de una batería de preguntas y un protocolo conversacional para que el profesor pueda realizar con garantías su trabajo.
Los proyectos pueden ser muy concretos (conseguir una placa solar e instalarla en la Universidad Popular), más abstractos (concienciar a la comunidad sobre el consumo responsable) e incluso otros de difícil materialización en los que los estudiantes tienen derecho a dar rienda suelta a su imaginación y a equivocarse, pues de esas experiencias también se aprende.
En todo caso, han de ser proyectos auténticos y genuinos relacionados con el mundo real, vinculados con los intereses, motivaciones y aspiraciones propias de la edad de cada cohorte y con su desarrollo intelectual y cognitivo, y conectados con los intereses individuales y particulares de cada estudiante con problemas reales de la comunidad al conjugar el beneficio de los promotores y la comunidad y generar un sentido de trabajo enfocado a la realización profesional mediante el compromiso social bajo el enfoque ganar-ganar.
Trabajos en equipo
La base del aprendizaje de competencias en torno a proyectos se realiza, preferentemente, a través de actividades y proyectos grupales por ser el contexto idóneo donde se ponen en práctica y se aprenden las competencias genéricas.
A la hora de ser planteado, el proyecto debe ser analizado por el profesor y los estudiantes con la finalidad de determinar si se dispone de los recursos mínimos para llevarlo a cabo o, en su caso, elaborar un plan para movilizar al equipo y conseguir los recursos necesarios (un proyecto también puede ser la obtención de los recursos para hacer un proyecto).
En todo caso, una de las funciones del profesor será velar por que los estudiantes dispongan de los recursos mínimos imprescindibles para iniciarlo y, lo más importante, por la identificación de las competencias genéricas que entrarán en juego y se trabajarán, y por un plan y hoja de ruta clara para hacerlo. El profesor ha de tener claras las competencias que ha de entrenar en cada momento, en cada tarea y actividad. Por eso, el marco referencial de todo el proceso es que los profesores posean una capacitación previa en competencias genéricas.
El profesor adquiere el papel de facilitador ayudando a resolver conflictos, reconducir la acción, cuidar el estado de ánimo, buscar el consenso y los acuerdos, etc., mientras que los estudiantes se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje al moverse libremente por la clase e interactuar entre sí. Este planteamiento cambia la disposición del aula, que se transforma en un espacio grupal y abierto de trabajo, frente a la imagen tradicional del profesor impartiendo clases magistrales y los estudiantes sentados en sus pupitres. El aula rompe sus límites espaciales, convertida ya en una comunidad de aprendizaje.
En la lógica tradicional, los estudiantes recibían los contenidos y los memorizaban para repetirlos en un examen, ahora realizan actividades, consultan, investigan, producen, crean y aprenden haciendo.
El protocolo conversacional del profesor con los estudiantes es: “Los seres humanos no somos autosuficientes, necesitamos ayuda de otras personas para llevar a cabo nuestros proyectos, y a su vez ayudarlas para que ellas hagan los suyos… Vamos a trabajar nuestros proyectos por equipos… Iremos aprendiendo en el proceso e identificaremos las competencias que vamos aprendiendo… Y lo más importante será establecer cómo podremos aplicar dichas competencias a cualquier otro proyecto o contexto vital”.
Creación de proyectos de valor para la comunidad y su presentación pública
El aprendizaje se convierte en significativo cuando se crean productos y servicios con valor y utilidad al propiciarse así un contexto para el reconocimiento social de los estudiantes. El profesor ha de programar las actividades para la presentación pública de los trabajos y posibilitar el reconocimiento y la recompensa social de la comunidad por el esfuerzo realizado como fórmula para poner en juego las emociones positivas y trabajar la inteligencia emocional, que forman parte importante del aprendizaje. Aprendemos cuando hacemos y nos emocionamos, por tanto, hemos de crear esos espacios emocionales expansivos y para la acción que propician y aceleran el aprendizaje.
La presentación pública de los trabajos se prepara desde el inicio mismo del curso, y son los estudiantes quienes los diseñan y programan con el apoyo del profesor, como el resto de las actividades.
Las modalidades que se pueden elegir son diversas, aunque siempre han de contemplar la presentación en actos con público y abiertos a la comunidad, por lo que es recomendable la máxima difusión a través de vídeos, medios de comunicación, redes sociales, creación de páginas web, creación de concursos y premios… Para fortalecer este trabajo sería muy útil la creación de una página web y una red social donde todos los estudiantes del centro educativo y de otros centros puedan publicar sus proyectos y, de esta forma, hacerlos notorios y visibles y generar un marco ideal para la creación de equipos, redes de colaboración y comunidades en torno a proyectos compartidos, todo un marco cultural favorable al emprendimiento y la innovación.
La presentación pública del proyecto en sus diferentes fases de desarrollo (primero, en el aula con el profesor y el resto de compañeros y, luego, en otros espacios como actos públicos, medios de comunicación, padres y madres, autoridades, financiadores, clientes, etc.) es un proceso que contribuye a adquirir el conjunto de competencias genéricas: capacidad de escucha (escuchar juicios que contribuyen a mejorar el trabajo), hablar en público, construir discursos y narrativas seductoras, perfeccionar las ofertas, pedir ayuda, crear redes de colaboración, planificar, evaluar, etc. De modo que todo ello produzca un clima de motivación y crecimiento.
El resultado de los proyectos ha de concretarse en productos y servicios prácticos de calidad y utilidad.
Cuando el estudiante trabaja en su proyecto pensando en su exposición final ve comprometida su identidad y experimenta una motivación extra, un aspecto esencial para trabajar el esfuerzo, la perseverancia y la autoestima a medida que aprende a modular y gestionar el estrés y la ansiedad. Se trata de habilidades, actitudes y valores que forman parte de las competencias esenciales para el éxito.
El protocolo conversacional del profesor con los estudiantes es: “Una vez habéis decidido los proyectos que vais a llevar a cabo, planificad su presentación pública estableciendo tareas, tiempos y compromisos para ejecutarla”.
La adaptación del aprendizaje basado en proyectos como base para la transformación educativa de un país
El aprendizaje basado en proyectos y un modelo de aprendizaje de competencias genéricas constituyen los dos ejes básicos para una transformación educativa que tiende a generar personas autónomas capaces de gestionar sus propias vidas, inventar sus empleos, ser trabajadores-emprendedores y líderes en todos los ámbitos de la sociedad. Es decir, una educación que constituye la base de una sociedad de personas emprendedoras y líderes.
El objetivo es impregnar los colegios, institutos y universidades con el aprendizaje de los estudiantes para que desarrollen sus proyectos vitales mientras cursan el resto de las materias a través de la adquisición de las competencias para su desarrollo personal y profesional. Y, además, para que esa educación pueda ser extensible a cualquier persona que no esté en el sistema educativo mediante la educación no formal.
Toda esta lógica la hemos aplicado a numerosos programas educativos que hemos implantado desde las Universidades Populares con gobiernos y organizaciones ―Programa Aprender, Emprender, Prosperar (PAEP), Universidad Abierta en Línea (UALN), Factorías del Conocimiento (FC), etc.―. Para hacerlo nos hemos apoyado en la modalidad de educación masiva y abierta (MOOC) para el acceso libre del mayor número de personas.
El objetivo de la utilización del aprendizaje basado en proyectos sobre la base de competencias genéricas es que los estudiantes consigan los objetivos curriculares (además de la adquisición práctica de competencias genéricas mientras desarrollan sus proyectos), porque, cuando lo hacen, también están incorporando y facilitando su aprendizaje en otras materias (lenguaje, matemáticas, ciencias sociales, etc.).
El protocolo conversacional de las autoridades educativas con el conjunto de la comunidad educativa: “El propósito de la nueva educación es transformar la sociedad y la economía desde la base de desarrollar las competencias clave para el éxito personal y profesional. Todo ello, trabajando con cada estudiante para ayudarle a construir su proyecto vital con el que agregar valor a su vida y a la de su comunidad. Todos los protagonistas de la educación están invitados a trabajar para inventar y construir este modelo”.
El establecimiento de los tiempos (programación) para el aprendizaje basado en proyectos sería: fase previa (preparación), desarrollo del proceso, fase final (presentación del proyecto).
Lo ideal es que este planteamiento forme parte de la política educativa de un país, de modo que se inicie en la formación primaria, continúe en la secundaria y culmine en la superior.
De esta manera que el profesorado, a través de una serie de herramientas, pueda monitorizar el proceso desde un registro informático donde acceder al histórico de proyectos realizados por el estudiante y así conocer la información relevante, como su vocación, su talento y sus intereses.
Para completar la intervención y su proyección sobre el sistema educativo, resumimos los principales aspectos:
- Aprendizaje centrado en los estudiantes y dirigido por ellos con el apoyo del profesor.
- Aprendizaje que incluye procesos de investigación, autoaprendizaje, aprendizaje autónomo e invisible.
- Aprendizaje que combina las materias de clase (lenguaje, matemáticas) con las competencias genéricas.
- Aprendizaje nucleado en torno al equipo, que es donde se ponen en práctica las competencias esenciales para el éxito personal y profesional (genéricas).
- Aprendizaje en torno a la generación de un producto final valioso.
- Aprendizaje centrado en una presentación final donde el trabajo alcanza notoriedad.
- Aprendizaje centrado en la evaluación de los avances como forma de aprendizaje y mejora permanente.
- Aprendizaje en torno a un fin último: una persona, un proyecto vital que levantar.
18 técnicas educativas para desarrollar el aprendizaje basado en proyectos. Cómo ayudar a cada estudiante a construir su proyecto vital
Para aplicar el aprendizaje basado en proyectos, el profesor se puede apoyar en estas 18 técnicas educativas que lo complementan:
1. Aprendizaje activo.
Promueve la participación y reflexión continua del estudiante a través de actividades motivadoras y retadoras, orientadas a profundizar en el conocimiento, a potenciar las habilidades de búsqueda, análisis y síntesis de la información y a promover una adaptación activa a la solución de problemas.
Se utiliza para enfocar todas las actividades y tareas del estudiante en torno a la construcción de su proyecto vital.
2. Aprendizaje auténtico.
Basado en la psicología constructivista, el estudiante relaciona la información nueva con la que ya posee reajustando y reconstruyendo ambas informaciones en el proceso. La estructura de los conocimientos previos condiciona los nuevos conocimientos y experiencias, los cuales, a su vez, modifican y reestructuran a aquellos.
Se utiliza para enfocar la información y los conocimientos que el estudiante va adquiriendo para su aplicación directa en la construcción de su proyecto vital, así como en la elaboración de su aprendizaje al contrastar conocimientos nuevos y viejos en el contexto de su proyecto.
3. Aprendizaje basado en la investigación.
Incorporación del estudiante en tareas de análisis e investigación basadas en el método científico con el apoyo del profesor.
Se utiliza a fin de enfocar las actividades de análisis e investigación que el estudiante necesita desarrollar para la construcción de su proyecto vital elaborando y reuniendo toda la información crítica para su puesta en funcionamiento.
4. Aprendizaje basado en problemas.
Trabajo colaborativo con el profesor para analizar y proponer una solución a un problema real relacionado con su entorno.
Se utiliza para enfocar un problema real y buscar una solución en el marco del proyecto vital del estudiante dentro de un contexto real y cercano (a microescala).
5. Aprendizaje basado en retos.
Planteamiento de una actividad en la que los estudiantes definen un reto que deben resolver (prioritariamente, de manera grupal) y el plan para hacerlo. Bajo esta técnica se puede hacer partícipe, además de al profesor, a expertos en la materia, familia, comunidad, otros colegios, redes sociales, estudiantes de otros países, etc. rebasando y derribando así los muros físicos del aula.
Se utiliza para enfocar las actividades y tareas de los retos que plantean a los estudiantes en cuanto a la construcción de sus proyectos vitales.
6. Aprendizaje colaborativo.
Creación de grupos pequeños de trabajo entre estudiantes para obtener los mejores resultados de aprendizaje abordando activamente las competencias genéricas, con especial énfasis en la escucha, el trabajo en equipo, la gestión emocional y la planificación.
Se utiliza con la finalidad de enfocar la colaboración y cooperación entre los estudiantes mediante la creación de redes de ayuda mutua para trabajar los proyectos, así como el trabajo conjunto entre proyectos que pueden desplegar sinergias o colaboraciones por su analogía en torno a un tema de interés común.
7. Aprendizaje flexible.
Se trata de abrir nuevas fronteras y espacios para el aprendizaje, ofrecer opciones al estudiante de cuándo, dónde y cómo aprender, adecuar el aprendizaje a la realidad de los nuevos tiempos y dotar de flexibilidad al proceso.
El aprendizaje flexible se abre al aprendizaje informal, al aprendizaje invisible y al aprender haciendo.
Se utiliza para enfocar las actividades y tareas específicas de cada estudiante en torno a la construcción de su proyecto vital dentro del aprendizaje personalizado que cada estudiante requiere a la hora de hacerlo realidad (cada estudiante precisa de un plan de aprendizaje que ha de ser guiado y apoyado por el profesor).
8. Aprendizaje invertido.
Entrega de contenidos, preferentemente en formato audiovisual, para ser consultados en internet en horario no lectivo mientras en el aula se aplican esos contenidos y se desarrollan actividades prácticas en torno a ellos.
Se utiliza para lanzar los contenidos que ayudan a los estudiantes a construir sus proyectos, además de preparar el terreno y facilitar el trabajo práctico sobre ellos en el aula.
9. Aprendizaje experiencial-vivencial.
Generación de experiencias reales e inmersivas donde el estudiante se sumerge en una experiencia real en la que se sirve de los cinco sentidos. Conecta con las nuevas realidades de la “economía de la experiencia”, una nueva tendencia que revolucionará el mundo de la educación en los próximos años.
Trabajamos la técnica a partir del enfoque de B. Joseph Pine y James H. Gilmore y de la autoridad educativa que nos ofrecen en su obra La economía de la experiencia: el trabajo es teatro y cada empresa es un escenario.
Se utiliza para enfocar todas las actividades y tareas del estudiante en torno a la construcción de su proyecto como fuente de experiencia, tanto en el aspecto vivencial que supone la emoción de construir el proyecto como en el proyecto en sí entendido como experiencia para las personas a las que está dirigido.
10. Aprendizaje para el servicio.
Conecta con un compromiso acerca de la asunción de responsabilidades con su entorno, comunidad y el mundo; se trabaja a partir de la creación del sentido del legado y la contribución en cada estudiante.
Implica la adopción de principios y valores desde el servicio desarrollando tareas comprometidas con la comunidad, aprendiendo en esa acción y trabajando, a su vez, las competencias genéricas.
Se utiliza para enfocar el proyecto de cada estudiante desde la contribución social llevando a cabo tareas y actividades prácticas a favor de la comunidad en relación con la naturaleza de sus proyectos.
11. Aprendizaje basado en el conectivismo.
Establecimiento de sinergias y conexiones para facilitar el aprendizaje conectando a los estudiantes con otros entornos (internet, otros países, comunidades, empresas…) y entre ellos mismos (conexión entre sus proyectos) al implantar una cultura y prácticas de trabajo basadas en la creación de redes apoyadas en las TIC con el fin de desarrollar los proyectos y el propio proceso de aprendizaje.
Se utiliza para trabajar y desarrollar todas las redes y conexiones del estudiante, como actividades prácticas en la construcción de su proyecto vital.
12. Aprendizaje basado en el construccionismo.
Convertir la acción en el motor del aprendizaje y reforzar el concepto de aprender haciéndolo en torno a la elaboración de prototipos y objetos tangibles en los que se va materializando el proyecto, y fraguar las propias estructuras de conocimientos en el proceso de aprendizaje.
Se utiliza para trabajar el proyecto del estudiante a partir de la construcción de prototipos y trabajos prácticos en los que se va materializando dicho proyecto y, por ende, la propia estructura de conocimientos necesaria para hacerlo realidad.
13. Aprendizaje autoorganizado.
Asunción del rol de guía y observador por parte del docente en el proceso de aprendizaje fomentando la iniciativa y la proactividad de los estudiantes, estimulando la exploración de alternativas y tolerando la comisión de errores como parte del crecimiento.
El hilo conductor del aprendizaje se articula a través de interrogantes para estimular la investigación, el análisis y la colaboración como elementos que van fraguando un nuevo conocimiento que se pone de manifiesto y da a luz el docente.
Se utiliza para trabajar el proyecto vital del estudiante proponiéndole una serie de juegos que sirven a ese propósito mediante los cuales avanza en su construcción y desarrolla conocimientos y habilidades.
14. Aprendizaje en espacios makers.
En realidad se trata de una modalidad de aprender haciendo mediante el desarrollo de prototipos que está asociado a las diferentes técnicas que refuerzan la educación basada en proyectos al implicar el uso de nuevas tecnologías (impresoras 3D, ordenadores, programas de software), así como todo tipo de materiales y recursos para fabricar objetos y prototipos (madera, piezas de plástico, textiles…).
Los espacios makers refuerzan la colaboración multidisciplinar, posibilitan la interacción en el aula con expertos y colaboradores. Su progresión futura es imparable, realmente se trata del avance del aula hacia el concepto de laboratorio de innovación o ThinkLab que se aplica ya en la Universidad de Mary Washington, de Headquarters en la Universidad de Rutgers, de FabLab de la Universidad de Stanford, etc.
Se utiliza para trabajar el proyecto del estudiante adaptándose a la disponibilidad de recursos en el entorno educativo y poder buscar el acceso a esos recursos fuera del aula. Se convierte en una potente herramienta de aprendizaje para proyectar soluciones reales y creativas en el entorno empresarial y social estableciendo líneas de colaboración entre diferentes actores de la comunidad local con la aplicación de técnicas como el designthinking.
15. Aprendizaje mediante juegos (gamificación).
Desarrollo del aprendizaje desde los juegos, siempre aplicados con un sentido y criterio, utilizando juegos existentes o creados ad hoc.
Se trata de combinar actividades de carácter lúdico para impulsar las principales palancas que activan el aprendizaje (aprendemos cuando nos emocionamos y cuando hacemos).
Se utiliza para trabajar el proyecto vital del estudiante proponiéndole una serie de juegos que sirven a ese propósito mediante los cuales avanza en su construcción y desarrolla conocimientos y habilidades.
16. Aprendizaje desde la mentorización.
Proceso de acompañamiento en la materialización del proyecto vital por parte del profesor desde su experiencia pudiendo recurrir a la ayuda de profesionales o expertos de la propia comunidad en función de la temática y naturaleza del proyecto de cada estudiante.
La función de mentor exige conocimientos y experiencia, además del papel de entrenador (coach). El mentor ya recorrió el camino que ahora inicia el estudiante.
Se utiliza para acompañar y trabajar el proyecto del estudiante presentándole las herramientas y los conocimientos con los que pueda apoyarse en su realización.
17. Aprendizaje entre pares.
Itinerario de aprendizaje que implica compartir conocimientos, puntos de vista, ideas y experiencias. Se trata de un aprendizaje recíproco entre dos o más estudiantes, una estrategia para pasar de un aprendizaje independiente a otro interdependiente.
Se utiliza para trabajar de manera cooperativa e interdependiente los proyectos de los estudiantes propiciando el aprendizaje compartido y la cultura del “co”.
18. Aprendizaje basado en casos.
Los estudiantes construyen su aprendizaje a partir del análisis y la discusión de experiencias y situaciones de la vida real con el estudio de situaciones problemáticas para el cual deben formular una propuesta de solución fundamentada.
Se utiliza para trabajar el proyecto de cada estudiante desde la propuesta por parte del profesor de la resolución de situaciones de la vida real asociadas a esos proyectos.
Aprendemos cuando hacemos y nos emocionamos. Esta es la máxima que deberíamos aplicar a la acción educativa de nuestras Universidades Populares para volver a liderar el mundo de la educación. ¡Adelante!!!