@import url('https://fonts.googleapis.com/css2?family=Lato:ital,wght@0,100;0,300;0,400;0,700;0,900;1,100;1,300;1,400;1,700;1,900&display=swap');
Historia de una Universidad Popular. El caso de la UP de Cáceres
José Antonio Pérez Sánchez

José Antonio Pérez Sánchez

Exdirector de la Universidad Popular de Cáceres

La Universidad Popular de Cáceres, como el fondo roto de una utopía o, en el amanecer, el mágico avanzar de los colores, la anchura exacta del vértigo o el plumier de espejos de la pedagogía, abierto sobre el horizonte.

Transitiva, activa y participativa, como un semáforo que abriera unas horas al día para que todos puedan recorrerla, para que no se paren ante el ámbar.

Para acertar con tino en la diana de la realidad. Para hacerla diferente, quisimos que el sueño, tapón de lunas por el día, encuentre los lugares comunes del camino y así conseguir devolvernos la risa por el lindón verde de la monotonía.

¡Ah! Y que se nos llenen los bolsillos de vida y de simiente.

Y empezamos por analizar por el revés, el lado opuesto; para explicar con sencillez la «fotosíntesis», deshilvanar con orden un buen discurso y conceptualizar la razón del verbo sin que ocurran derrumbamientos en el texto.

Estar seguros de saber medir el tiempo, para multiplicarlo… O tirar «naranjas mandarinas» al aire, soplar barquitos de papel, doblar azules por doblar para SER siempre, sin ocupar espacios, ni pasos, ni pasillos.

Evaluamos el volumen del grupo; el corazón de la palabra, cielo de la participación y el compromiso. La tierra prometida, la marginalidad y el infinito que la realidad esconde.

Este fue el comienzo, con el paracaídas de la ilusión y de la juventud

Diez años más tarde, el Periódico Extremadura publicaba un especial dedicado a la Universidad Popular de Cáceres en su décimo aniversario donde se recogían los textos del entonces alcalde de la ciudad, Carlos Sánchez Polo, del portavoz del grupo Popular en el ayuntamiento, José María Saponi Mendo, del primer teniente de alcalde y principal impulsor de la Universidad Popular, Marcelino CardalliaguetQuirant, y del concejal de Extremadura Unida y miembro del Consejo Rector, Miguel Ángel Rubio González, así como el texto de una de las alumnas más singulares del Aula de la Tercera Edad de la Universidad Popular, Joaquina Picapiedra.

La Universidad Popular de Cáceres abarcaba en su proyecto la educación de adultos y el desarrollo cultural en el municipio como respuesta local a los problemas de transformación y articulación social del espacio municipal.

Motivar para participar, animar a los ciudadanos a organizarse y dinamizar. Motivar para una participación formada e informada, “formarse para no conformarse”. Ciencia de vivir para tener conciencia de hacerlo. Ciudadanos responsables y agentes de una transformación que naciese desde la conciencia misma de ser ciudadano, vecino y participante. Fue un esfuerzo por acercar la educación a los sectores de una población que, siendo la más vulnerable, precisaba tomar conciencia de ello. Una toma de conciencia como primer paso para ser agentes de la propia transformación y ser conscientes de la importancia de un cambio individual que debía mejorar el conjunto de la sociedad.

El desarrollismo de los últimos años había generado en nuestra ciudad bolsas de pobreza y marginalidad que constituían la raíz de una desigualdad multiplicada que se arrinconaba o se ocultaba. Lo que hicimos fue atender prioritariamente a estos sectores y dinamizar su incorporación en la ciudad.

Fue un trabajo con grupos específicos: jóvenes, población gitana de los barrios del Carrucho y del Junquillo, mujeres, personas de la tercera edad, grupos en riesgos de exclusión social, Instituciones Penitenciarias, asociaciones de vecinos…

Fue el comienzo de un movimiento de acción-reflexión que nos permitió abrir un espacio educativo al que no llegaban el resto de las instituciones educativas.

Universidad Popular de Cáceres: así que pasen treinta años

Una estructura enmarcada en el ordenamiento jurídico municipal y un equipo técnico solvente, estable y capaz ―unido a una gestión económica y presupuestaria acertada―, con una captación ambiciosa de recursos exógenos, han sido capaces de ir adaptando el modelo educativo de la Universidad Popular de Cáceres a las necesidades y a las exigencias de un tejido social en continua evolución y desarrollo. El impacto de nuestro proyecto y su capacidad de transformación social son hoy una realidad cuantificable desde el punto de vista del desarrollo cultural y del desarrollo económico y social del territorio.

Después de casi cuarenta años de recorrido, es hoy una herramienta educativa de primer orden para la ciudadanía, con una profunda penetración en la realidad económica y cultural de nuestra ciudad. No obstante, sería necesario medir, cuantificar y estudiar de una manera formal su impacto en el territorio, una evaluación que ha de ser determinante para su continuidad y proyección en el futuro y que también suponga una validación definitiva como fórmula de anclaje en un marco jurídico que queda fuera del ámbito y de la Administración educativos. Esta circunstancia aleja a este tipo de proyectos del alcance financiero y de los recursos predeterminados por las competencias propias de los municipios. Dimensionar su impacto acercaría y conectaría el proyecto con las nuevas generaciones y, al mismo tiempo, lo adaptaría a las nuevas realidades socioeconómicas de los ayuntamientos. Esta necesidad de desarrollo educativo representa una experiencia que queda, ahora mismo, fuera de las prioridades del concejo y al arbitrio y voluntad de los impulsores de este modelo de educación de adultos. No obstante, son los ayuntamientos las primeras Administraciones que registran las demandas y las necesidades de los ciudadanos por ser las más cercanas al ciudadano y sus necesidades, las más difíciles de derivar y desatender. Por otra parte, sus vecinos, son más críticos y reivindicativos. Si el territorio local ha de ser la base sobre la que construir un andamiaje eficaz y eficiente, ha de ser también capaz de afrontar un futuro que es ya presente. Las Universidades Populares han de integrarse en la estructura jurídica municipal para hacer posible un desarrollo sostenido en el tiempo cuando estas sean modelos sostenibles. Han de poder contar con una estructura financiera que les permita llegar a los recursos, tanto endógenos como exógenos.

La estructura formal de la Universidad Popular de Cáceres, que acompañó a un equipo técnico estable, ha hecho posible su trayectoria y permanencia durante todos estos años: ha sido una palanca de transformación ajena al voluntarismo político, el buenismo personal o la inoperancia.

Los ayuntamientos han de dotarse y dotar a sus Universidades Populares de fórmulas de gestión ágiles que respondan con eficacia a las exigencias del control financiero de las instituciones nacionales y europeas, las cuales aportan los recursos que los ayuntamientos necesitan para implantarla y desarrollarla en el territorio. Han de ser proyectos viables y capaces, creados desde el territorio y para el territorio, adaptados a una realidad formativa compleja. Los nuevos retos nacionales y europeos nos permiten ser parte de la solución a la escasez de recursos de los ayuntamientos.

Conceptualizar y sistematizar la experiencia de nuestra Universidad Popular nos proporcionará nuevas herramientas que serán imprescindibles para afrontar un futuro de transformación, de innovación y de progreso.

Un marco metodológico y una acción ajustada a la realidad cotidiana de los ayuntamientos

  1. El objetivo general del Organismo Autónomo de la Universidad Popular de Cáceres es promover la educación a lo largo de la vida, la formación, la cultura y la participación social para mejorar la calidad de vida de las personas y de la comunidad.
  2. Entre sus competencias, la Universidad Popular está facultada para llevar a cabo actividades complementarias de otras Administraciones públicas en esta materia, así como para dar apoyo a toda clase de iniciativas privadas y públicas dirigidas a la consecución de tales fines.

Para cumplir estos objetivos generales, el Organismo Autónomo se impondrá las siguientes metas específicas:

  1. Contribuir al desarrollo personal sostenible, la integración social y la promoción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
  2. Contribuir al uso creativo de las tecnologías de la información y de la comunicación.
  3. Promover la convivencia intercultural, la empleabilidad y la participación de la ciudadanía activa.

Acción histórica durante estos treinta años

  1. La Universidad Popular de Cáceres puso en marcha la primera televisión local del Ayuntamiento de Cáceres.
  2. La Iniciativa Comunitaria ADAP dinamizó el comercio local y revalorizó el conjunto histórico-monumental de Cáceres. Se crearon y se pusieron en marcha las rutas animadas y el mercado medieval intramuros, así como los conciertos en los espacios de la ciudad monumental. Se creó el primer restaurante-escuela en este entorno privilegiado y comenzó a funcionar el primer servidor que dio cobertura a la intranet municipal.
  3. Las escuelas taller trabajaron en la rehabilitación del patrimonio histórico artístico y natural de la ciudad de Cáceres y formaron a más de 700 alumnos.
  4. Intervenimos en la rehabilitación de las fuentes del Paseo de Cánovas y recuperamos las fuentes y los lavaderos públicos de la Madrila, Hinche, Aguas Vivas, Santa Bárbara, Fuente Concejo y las fuentes del Marco.
  5. Rehabilitamos la casa de labranza del Olivar Chico de los Frailes.
  6. Se pusieron en marcha los huertos de ocio de la Ribera del Marco.
  7. En colaboración con los GEA de la Guardia Civil, se organizó durante dieciséis años el descenso del río Jerte al río Alagón, en el que participaron alumnos de los distintos programas de la Universidad Popular. También se llevó a cabo el primer descenso internacional del río Tajo en colaboración con las instituciones portuguesas.
  8. Se recuperaron las fiestas populares de febrero y de las Lavanderas (en el taller de Historia Oral del Aula de la Tercera Edad). La fiesta de las Lavanderas y la quema del Pelele simbolizan, desde entonces, el inicio de los carnavales de la ciudad de Cáceres.
  9. Se estableció la red IDRE de atención y ayuda a la drogodependencia.
  10. Se inició una colaboración con el Instituto de la Mujer para el apoyo y seguimiento de las mujeres maltratadas.
  11. Se realizaron trabajos de coordinación y apoyo con las distintas concejalías del Ayuntamiento de Cáceres.
  12. A través de los Talleres de Empleo, y en colaboración con el SEXPE, se han construido y acondicionado siete edificaciones independientes, dotadas con aulas y equipamientos para diferentes talleres, así como otros espacios para el desarrollo de la acción formativa.

Como conclusión, y sin querer ser exhaustivo, quiero señalar que todo este trabajo se ha hecho contando con un equipo estable durante más de treinta años y en un marco institucional que ha respetado, en general, el trabajo técnico y el esfuerzo formativo y de reciclaje permanente que hemos llevado a cabo.

Síntesis para empezar el futuro. El instante de las Universidades Populares en un contexto global de acción local

El escenario en el que se interpreta la gran aportación de las Universidades Populares al desarrollo social, cultural y educativo en “lo local” es ambivalente y oscila entre dos polos opuestos:

  1. Por un lado, encontramos un trabajo pleno de innovaciones sociales, culturales, económicas y medioambientales que han posibilitado una realidad actual más inclusiva, más respetuosa con el medioambiente, centrada en una economía donde la persona va desplazando al dinero como factor de referencia. Cultura participativa, desarrollo comunitario, educación cooperativa, economía colaborativa, social y solidaria, centrada en el bien común… son propuestas reales en las que, con mayor o menor impacto, se percibe la labor de investigación y acción de las Universidades Populares.
  2. Por el otro, la inercia, no solo administrativa, sino también ideológica y técnica, ha lastrado este proyecto que, durante muchos años, ha transformado realidades olvidándose de su propia transformación. No es que no haya habido una reflexión, más bien al contrario, pero debido a múltiples factores, esta no ha podido superar las inercias de un proyecto flexible encuadrado en una estructura más rígida. En ese esfuerzo se “quemaron” muchas personas y un gran número de colectivos, y se generó un amplio abanico de expectativas insatisfechas… Buen caldo de cultivo, en fin, para lo que Martin Selligman denomina «desesperanza aprendida».

Y, como en una tesis-antítesis-síntesis hegeliana, llegamos al Libro Blanco de las Universidades Populares (2021) para hacernos ver que, como ya anticipaba Nietzsche, todo lo que está ocurriendo ha pasado ya y volverá a suceder. El eterno retorno de lo idéntico: «¡Mira, continué diciendo, este instante! Desde este portón llamado Instante corre hacia atrás una calle larga, eterna: a nuestras espaldas yace una eternidad. Cada una de las cosas que pueden ocurrir, ¿no tendrá que haber ocurrido, haber sido hecha, haber transcurrido ya alguna vez?» (Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra, pág. 230-231).

En este Libro Blanco se define la esencia de las UU. PP., “nuestros principios irrenunciables, los desafíos de la participación, la igualdad entre mujeres y hombres, el municipalismo, el posicionamiento en la sociedad del conocimiento, el empoderamiento de la ciudadanía, los ecosistemas de valor, la apuesta por el emprendimiento, el voluntariado, las nuevas formas de aprendizaje y la autoformación masiva online (MOOC), los entornos digitales, la responsabilidad social corporativa, las nuevas propuestas para el empleo, las nuevas metodologías de intervención diseñadas desde las Universidades Populares, la importancia de la red y un mundo interconectado, así como una propuesta marco de acciones de futuro que nos han servido para dar otro gran salto adelante en la historia de logros y éxitos que representan las Universidades Populares” (Libro Blanco de las Universidades Populares, pág. 30).

Fruto del análisis del cambio a escala global que afecta a las UU. PP., en el Libro Blanco se establecen siete ejes de trabajo en los cuales se plantea la respuesta local: cultura, educación, tecnología, empleo, igualdad, salud y acción histórica. La participación de las UU. PP. en la transformación social, hoy en día, no deja duda de la relevancia de los primeros seis ejes. Pero seguro que, a los que hemos crecido en nuestros primeros años profesionales nutriéndonos del conocimiento y la sabiduría de las UU. PP. de los años 80 en España, no deja de sorprendernos la inclusión del séptimo eje, a modo de séptimo sello que rompe el Cordero, tras lo cual hubo un silencio en el cielo durante una media hora (Apocalipsis, 8:1). Un silencio que aprovechamos para reflexionar: vaya por delante que era necesario un trabajo como el planteado por el Libro Blanco, que viene a actualizar acertadamente un proyecto de la envergadura del que estamos hablando, pero, las Universidades Populares, históricamente hablando…

  1. ¿… no han trabajado en favor de la cultura, entendida esta como el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico e industrial de una época o grupo social? Hemos de recordar que una de las finalidades básicas de las UU. PP. ha sido, es y será fomentar la participación social, cultural, política y económica en aras de reforzar la vertebración social.
  2. ¿… no se han definido como un proyecto de educación de adultos? A nuestro juicio, las UU. PP. se consolidan como verdaderos proyectos de educación de adultos al menos desde la V Conferencia Internacional de Educación de Adultos de la UNESCO (CONFINTEA V), celebrada en Hamburgo en julio de 1997, que llevaba a la práctica lo que ya se declaró en la Conferencia de Nairobi y define la educación de adultos en los siguientes términos:

“La educación de personas adultas contempla el cuerpo entero del proceso de aprendizaje realizado, formalmente o de otra manera, en el cual las personas que son consideradas adultas por la sociedad a la que pertenecen desarrollan sus habilidades, enriquecen su conocimiento y mejoran sus cualificaciones técnicas o profesionales o las orientan en una nueva dirección para responder a sus propias necesidades y las de su sociedad. El aprendizaje de las personas adultas abarca la educación formal y continua, la educación no formal y la gama del aprendizaje informal e incidental disponible en una sociedad multicultural del aprendizaje donde los enfoques basados tanto en la teoría como en la práctica sean reconocidos.

Aunque el contenido del aprendizaje de las personas adultas y la educación para niños y niñas y adolescentes variará de acuerdo con el contexto económico, social, medioambiental y cultural y las necesidades de las personas en las sociedades en donde tiene lugar, son elementos necesarios de una nueva visión de la educación en la que el aprendizaje continúa realmente a lo largo de la vida”.

  • ¿… no han potenciado el desarrollo de competencias tecnológicas como una forma de evitar un nuevo tipo de exclusión? Al menos desde finales de los 80, en algunas Universidades Populares empezamos a intuir la importancia de la irrupción de las TIC y de la llegada imparable de la “Sociedad de la Información” y la necesidad de adaptar nuestro papel a ella. Las nuevas tecnologías ya son muy antiguas y algunos de los primeros proveedores de servicios de internet en España (Goya EUnet, Servicom, etc.) pueden dar fe de la labor de las UU. PP. que ya en los años 90 se encontraban entre sus clientes y poseían servidores propios y portales con la extensión .es (tan poco habituales en aquellos tiempos en los que .com y .org dominaban nuestro mapa de DNS). También hubo experiencias muy enriquecedoras en aquellos años con sistemas multimedia avanzados (muy avanzados en ese momento, obviamente).
  • ¿… no han tenido programas de empleo y cualificación profesional? Un ejemplo claro son los programas de escuelas taller y casas de oficios que se integraron en muchas UU. PP. desde finales de los 80. Pero no solo eso, sino que en la década de los 90 ya eran pioneros en el desarrollo de programas comunitarios europeos como ADAPT, por poner un ejemplo.
  • ¿… no han sido instituciones clave en igualdad, inclusividad y salud comunitaria? En la mayor parte de las UU. PP. con más de 30 años a sus espaldas se han incluido programas destinados a su mejora desde hace al menos 20 años.

Por tanto ¿para qué incluir el séptimo eje si este ya forma parte de los seis anteriores y, es más, dichos seis ejes son los vectores resultantes del séptimo?

Y una última cuestión: la UNESCO publica la Agenda 2030 en 2015. ¿Cómo pueden formar parte los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la acción histórica de las UU. PP.? Algunos seguro que coinciden y se reflejan en las acciones pretéritas de las UU. PP., pero no cabe duda de su posterioridad y actual relevancia. No es una acción histórica, sino que forma parte de un eje de trabajo presente y futuro.

Y es ahí, en la Agenda 2030, donde de nuevo la UNESCO nos marca los retos globales que se han de concretar en lo local, como cuando señala en su preámbulo, que los 17 ODS y sus 169 metas estimularán durante los próximos 15 años la acción en las siguientes esferas de importancia crítica para la humanidad y el planeta: las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas (partenariado), lo que se ha dado en denominar las «5P». Si conseguimos lo que se ambiciona en todos y cada uno de los aspectos de la Agenda, las condiciones de vida de todas las personas mejorarán notablemente y nuestro mundo se transformará en un lugar mejor (UNESCO, Agenda 2030, pág. 2)

Para satisfacer nuestras ambiciones se necesitan procesos de innovación en busca de un triple impacto (social, medioambiental y económico) en el contexto local enmarcado en las 5P globales, y este es, a mi modo de ver, el lugar común donde coinciden el pasado, el presente y el futuro de las UU. PP. Es, en términos nietzscheanos, “su instante”.