Una ciudad no se mide por su longitud y anchura, sino por la amplitud de su visión y la altura de sus sueños.
Herb Caen, ganador del premio Pulitzer.
La conversión de lo analógico a lo digital es un proceso denominado “digitalización”, cuyo efecto es la transformación digital que, a su vez, está provocando un cambio social y global.
Desde su creación en el año 1969, internet ha influido en nuestras vidas de igual modo que lo hizo la electricidad.
Hoy día no puede existir un solo rincón de nuestra sociedad ni un solo pueblo o ciudad que no conozca ya el significado de conceptos como los de “internet de las cosas”, “industria 4.0”, “Big Data”, “inteligencia artificial”, “sensorización”, “realidad virtual”, etc. Se está creando a pasos agigantados una sociedad digital, una economía digital, y si no queremos perdernos las oportunidades que genera, debemos conocer el sentido de sus postulados y procesos. Ningún líder político, económico o social del ámbito local, provincial, regional debe despreocuparse de cómo la transformación digital va a afectar y está afectando ya a sus realidades, a sus iniciativas y proyectos de futuro en lo personal y lo colectivo, en lo público y lo privado, en los sectores de la Administración pública, en las empresas, en las asociaciones y en la ciudadanía.
El desafío es tremendo. La automatización de la economía eliminará más de 75 millones de empleos para el año 2025 en todo el mundo, pero, al mismo tiempo, creará unos 133 millones de nuevas funciones. Entre 400 y 800 millones de personas se verán desplazadas de sus puestos actuales de trabajo.
Se cree que en un periodo de cinco años se van a empezar a demandar de manera prioritaria analistas de datos, encargados de diseño, pensamiento crítico, inteligencia social, programadores y desarrolladores de software.
Empleo tecnológico en aumento
Si en el año 2020 eran 1489 los trabajadores que desarrollaban empleos tecnológicos en la provincia de Cáceres ―según la encuesta de población activa―, el año 2021 terminó con un aumento superior al 90 % con respecto al año anterior, llegando a alcanzar los 2820 trabajadores.
Desde la Diputación Provincial de Cáceres, a través del Área de Innovación y Provincia Digital creada en el año 2019, se ha trabajado durante todo este tiempo de manera intensa para favorecer el establecimiento de empresas tecnológicas en nuestros pueblos y ciudades, al mismo tiempo que hemos creado infraestructuras como El Círculo ―el centro de referencia de la Red Circular FAB―, así como programas formativos para capacitar al mayor número de personas posible en las nuevas demandas y profesiones que ya hoy son una realidad y una necesidad.
Si todo sale como parece, serán igualmente muy necesarios trabajadores en algo que se está por crear en nuestra provincia, en nuestros pueblos y ciudades: las industrias auxiliares del software. Esta nueva industria podría crear muchos puestos de trabajo en personas con baja cualificación formativa y sin mucha especialización requerida, aunque con necesidad de habilidades y talento para las nuevas competencias demandadas. Eso sí, requiere que puedan ser formadas desde ya mismo en conocimientos básicos útiles para que puedan ser reclamadas empresarialmente en cuanto a programación y desarrollo software.
No debe existir un solo pueblo de nuestra provincia ni de nuestra región que no enseñe a sus niños y niñas y a sus adolescentes a programar, que no convierta sus cursos actuales de enseñanzas analógicas en capacitaciones digitales.
La Cuarta Revolución Industrial ya está aquí, y el éxito en nuestros pueblos y ciudades no va a depender solo de que seamos capaces de conocer y usar las nuevas tecnologías ―que también―, sino de tener, desarrollar, organizar y preparar a la población en las competencias digitales clave para poder saber en qué nos puede beneficiar a cada uno de nuestros territorios.
Como responsables políticos, sociales o económicos de nuestros entornos tenemos la obligación de no permitir más desigualdad de la ya existente, más brechas que las ya sufridas; corremos el riesgo de ahondar en otras brechas territoriales, de edad, de género, sociales, culturales, empresariales y económicas si no lideramos esta transición de lo analógico a lo digital.
Y no podemos volver a caer en dramáticos errores del pasado. Esta transición, la implementación de una sociedad digital, de una economía digital, de una educación digital no consiste únicamente en llenar nuestras vidas de nuevos aparatos tecnológicos ―ni siquiera es lo más prioritario―. El hecho de que dispongan de máquinas digitales los funcionarios, empresarios, profesores, médicos y ciudadanos que solo sean analógicos nos volverá a llevar de nuevo a un callejón sin salida.
Si alguien cree que va a poder liderar sus territorios, empresas u organizaciones con claves y procesos analógicos del siglo XX se equivoca y, lo que es peor, conduce a equivocación a los proyectos que pueda dirigir, ya sean propios o colectivos.
Tenemos que saber adelantarnos a lo que va a venir, a lo que ya está aquí; saber que el futuro es hoy, pero que en cada lugar aún está por crearse. Que nadie vuelva a decir que nuestro destino está ya marcado y decidido desde lugares alejados de donde vivimos debido a nuestra incapacidad por conectar con el mundo que se crea cada día en cada rincón de nuestro planeta, por lejano que nos parezca.
La industrialización despobló a buena parte de nuestros pueblos. La digitalización puede ayudarnos a repoblarlos. Es un reto con muchos riesgos, pero con muchas oportunidades.
La Diputación Provincial de Cáceres aprobó en 2020 su primer Plan de Transformación Digital de la provincia con más de 140 acciones y unos 40 millones de presupuesto con la finalidad de ayudar a ayuntamientos, empresas y a la sociedad en general a transitar hacia lo digital. El Gobierno de España ha aprobado su agenda digital hasta el 2025, lo mismo que va a hacer la Junta de Extremadura. El fondo europeo de la reconstrucción tras la covid-19 movilizará en los próximos años en España más de 20 000 millones de euros para la digitalización de nuestra economía y de nuestra sociedad. Reivindicar que no haya ni un solo pueblo sin fibra óptica en nuestra provincia, en nuestra región y en nuestro país debe ser el primer reto, pues todavía son muchos los territorios que no disponen de una comunicación ni segura ni rápida.
Nuestras 230 entidades locales de la provincia de Cáceres no pueden perder ni un solo segundo en comenzar su transición hacia municipios digitales. Esta revolución la tenemos que ganar, el mundo rural la va a ganar, hay demasiado en juego.
El internet como derecho humano
Si a cualquiera de nosotros nos preguntaran hoy si el acceso a internet es un servicio que prestan compañías de telecomunicación al alcance de quienes puedan pagarlo o, por el contrario, es un derecho, seguro que responderán lo primero. Hoy, tanto en las legislaciones internacionales como en nuestro propio ordenamiento jurídico, es ya reconocido como un derecho, se ha trabajado para que sea reconocido como un derecho fundamental mediante leyes de varios países, incluso como un derecho humano por parte de Naciones Unidas.
Sin embargo, como ocurre en la regulación de tantos otros derechos, una cosa es su declaración y reconocimiento jurídico y otra, su garantía y su eficacia real en la práctica. Son demasiadas las personas en el mundo, en nuestro país, incluso en nuestra región y provincia que aún no disponen de acceso a internet. Hoy esta posibilidad por sí sola puede marcar la diferencia entre la prosperidad o la pobreza, el conocimiento o la ignorancia, la libertad y la igualdad o la discriminación. Por otro lado, casi la mitad de la población mundial no dispone de medios para conectarse a la red de redes, una circunstancia que menoscaba sus opciones de progresar y ejercer sus derechos en un mundo globalizado y cada vez más interconectado. Los datos al respecto de 2019 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones son reveladores: el 46,4 % de los habitantes del planeta ―3600 millones de personas― no están conectados a internet.
El 6 de diciembre de 2018, el BOE publicaba la Ley 3/2018 de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, en cuyo título regula las garantías frente a los derechos digitales, es decir, los ciudadanos tenemos ya reconocidos derechos digitales, los cuales debemos saber y poder ejercitar. ¿Pero cuántas personas los conocen realmente? Creo que es obligación de todas las Administraciones públicas profundizar en el conocimiento de dichos derechos y que sería el primer paso para poder reivindicarlos y para poder ejercitarlos en la práctica.
El artículo 81 de la Ley 3/2018 establece el derecho de acceso universal a internet regulando que:
1.Todos tienen derecho a acceder a internet independientemente de su condición personal, social, económica o geográfica.
2. Se garantizará un acceso universal, asequible, de calidad y no discriminatorio para toda la población.
3. El acceso a internet de hombres y mujeres procurará la superación de la brecha de género tanto en el ámbito personal como laboral.
4. El acceso a internet procurará la superación de la brecha generacional mediante acciones dirigidas a la formación y el acceso a las personas mayores.
5. La garantía efectiva del derecho de acceso a internet atenderá la realidad específica de los entornos rurales.
6. El acceso a internet deberá garantizar condiciones de igualdad para las personas que cuenten con necesidades especiales.
Las conexiones rápidas y ultrarrápidas a internet están en un mercado de libre competencia donde a muchas compañías les interesa disponer de los mejores productos en grandes núcleos de población, pero para muchas de ellas no son tan interesantes ni tan rentables, comercialmente hablando, las conexiones en nuestro mundo rural, en nuestros pequeños pueblos. Incluso en algunas ocasiones disponen de precios diferentes y cobran más donde menos rentable les es el servicio, con una clara discriminación para el mundo rural. Es ahí donde resulta fundamental el papel del sector público, el de los gobiernos: que quieran acabar con los obstáculos de esa discriminación y hagan políticas públicas que garanticen esos derechos en la práctica.
Que todos y cada uno de los 230 pueblos y ciudades de la provincia de Cáceres dispongan de fibra óptica para sus comunicaciones digitales es el objetivo prioritario de la Diputación Provincial, y su Área de Innovación y Provincia Digital está trabajando intensamente desde el año 2019 para conseguirlo.
En 2019, cuando se creó dicha área, el despliegue de la fibra óptica en la provincia de Cáceres llegaba al 51,8 % de la población cacereña, según datos del Gobierno de España. Dos años después, la cifra cambió radicalmente y el despliegue de fibra llegó hasta un 91,51 % de la población de la provincia, es decir, a 149 localidades de un total de 223, y 358 582 habitantes con conectividad de alta capacidad a través de la fibra óptica.
Pero el trabajo continuó un año más y, de esta manera, en el año 2022 el número de municipios con fibra óptica se incrementó hasta llegar a las 184 localidades ―35 más que el año anterior― y a un total de 369 776 habitantes, lo que supone que en el 2022 se ha llegado al 94 % de la población de la provincia cacereña. A principios de este año, solo 39 municipios de los 223 de la provincia se encontraban a la espera de poder tener instalada y desplegada la fibra en sus calles y viviendas, y se prevé que, a lo largo del año o como muy tarde en 2023, el 100 % de los municipios cacereños dispongan de una comunicación digital de alta velocidad.
Un gran trabajo realizado por la Diputación Provincial de Cáceres y coordinado con las operadoras de telefonía que operan en la provincia, gracias a las ayudas del plan PEBA del Gobierno de España y a la dirección general de Agenda Digital de la Junta de Extremadura. Hay que tener en cuenta que sin la colaboración y las ayudas públicas este objetivo no hubiera sido posible; solo en los últimos años se han invertido más de 38 millones para fibra comercial y privada y ocho para fibra pública por parte del Estado, la Junta de Extremadura y la Diputación Provincial de Cáceres.
Además, la Diputación Provincial de Cáceres ha llevado la fibra óptica al interior de los 230 ayuntamientos y entidades locales menores y la Junta de Extremadura está facilitando que las instalaciones públicas locales dispongan de ella. O sea, todo un esfuerzo de la Administración provincial, regional y nacional en el camino de facilitar a nuestras Administraciones locales el que puedan garantizar que ningún ciudadano/a que habite en un pueblo, por pequeño que sea, ninguna empresa, por poco que facture, o ningún centro educativo, por pocas que sean las aulas en las que eduquen a niños y jóvenes, tenga menos derechos y, por lo tanto, menos oportunidades que los que habitan en grandes urbes. Queda un largo camino por recorrer, pero el mundo local deberá luchar para que ni una sola nueva discriminación campe a sus anchas por las casas, las calles y los campos de nuestros pueblos.
Los Circular FAB, una apuesta por la innovación rural digital
Si nos fijáramos en el aspecto que tiene hoy la sala de operaciones donde desarrollan su trabajo los cirujanos y cómo era hace 50 años, las diferencias serían abismales; lo mismo si nos metemos en un coche de hoy y en otro de hace 50 años, o en una explotación ganadera, o en una fábrica. Sin embargo, salvo la incorporación de algunas herramientas tecnológicas, la base sobre la que se asienta el espacio conocido como aula de enseñanza en nuestros centros educativos es muy parecida, en lo fundamental, a la de hace varias décadas.
Por ello estamos invitados, en nuestro mundo rural, a crear nuevos espacios para el aprendizaje necesario con el fin de desarrollar nuestros modelos de vida sostenibles en nuestros pueblos y ciudades. Espacios donde sea más importante aprender que enseñar, donde sean más importantes las preguntas que las respuestas, donde los proyectos superen a los contenidos, donde la formación personalizada sea más común que la homogénea y donde la evaluación se mida en objetivos y no en notas.
Los Circular FAB son un modelo propio y único que une las funcionalidades y tecnologías de las que dispone un Fab Lab (laboratorio de fabricación) con el desarrollo de las competencias para la innovación y el emprendimiento (competencias clave para el siglo XXI). Una combinación que permite a las personas producir valor con sus creaciones.
De esta manera, se ayuda a cada persona que acude a un Circular FAB a fabricar su producto o servicio con el que crear su propio empleo, a diseñar su proyecto vital, a iniciar un proyecto emprendedor o reinventar la actividad de su empresa.
El Circular FAB se centra, principalmente, en el desarrollo de proyectos relacionados con la economía verde y circular y con las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial (diseño y fabricación digital, robotización, programación, biotecnología, etc.).
Entre los objetivos se encuentran: que las personas inventen y diseñen sus propias actividades y empleos; que se desarrollen nuevos proyectos emprendedores; que las empresas puedan mejorar sus resultados y diseñar nuevos productos y servicios; que las personas dispongan de las tecnologías para desarrollar soluciones creativas desde los entornos rurales; que con ello se propicie la incorporación de los territorios de la provincia de Cáceres a la Cuarta Revolución Industrial y la Industria Conectada 4.0; que se fije la población y el talento en el medio rural, y que se impulse el nacimiento de nuevas empresas y empleos y se ponga el foco en la economía verde y circular, así como en la transformación digital.
¿Y qué cosas se pueden hacer en estas nuevas aulas locales para el presente y el futuro? Los participantes diseñan su empleo, actividad, proyecto, producto o servicio, así como las actividades prácticas que desarrollan las competencias relacionadas con la creatividad, la innovación, el emprendimiento y el liderazgo de los participantes (competencias clave para el siglo XXI). También pueden conocer las tendencias y las necesidades de los consumidores, la producción de ideas para dar respuesta a los nuevos retos, la invención de un proyecto para fabricar su empleo o elaborar un nuevo producto o servicio, crear un prototipo del producto o servicio y realizar el proyecto (metodología Canvas). Y todo ello, a través del aprendizaje de las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial aplicadas a su proyecto. Además, aprenden y construyen en 3D, aprenden y fabrican con tecnologías de corte de vinilo y láser, aprenden y programan con Arduino, aprenden y crean un robot… Y, en paralelo, se relacionan con empresas, trabajadores y otros usuarios, a la vez que conocen y comparten sus proyectos para generar relaciones y alianzas.
Todo ello en un aula de nueva creación, en un edificio local con, al menos, estas zonas diseñadas:
- Espacio inventar: Zona en la que la persona conoce lo que pasa en los mundos que le rodean, identifica las oportunidades que en ellos aparecen y crea ideas y proyectos innovadores para dar respuestas a estas oportunidades.
- Espacio fabricar: Zona que dispone de tecnologías avanzadas de diseño y fabricación digital, impresión y modelado 3D para generar los prototipos de los proyectos creados en el espacio inventar.
- Espacio conocer: Zona para el desarrollo de actividades formativas, talleres, workshops, charlas y encuentros.
- Espacio compartir: Zona estará destinada a las relaciones sociales, al coworking y a la ideación de proyectos compartidos entre las personas que participan en el Circular FAB.
- Espacio coordinación: Zona de trabajo de la persona o equipo que coordine el Circular FAB.
- Espacio exposición: Zona en la que se expondrá la exposición permanente sobre inventos y personajes relevantes para inspirar a las personas que están haciendo uso del Circular FAB.
La Diputación Provincial de Cáceres a través de su Área de Innovación y Provincia Digital creó en el año 2021 los primeros seis Circular FAB de la provincia, que han sido los primeros de Extremadura, España y Europa. Un proyecto innovador que comenzará a generar una red de emprendimiento y desarrollo en estos primeros seis municipios: Arroyo de la Luz, Miajadas, Moraleja, Trujillo y Valencia de Alcántara, pero que pretende extenderse a todos aquellos pueblos y ciudades que quieran innovar desde lo rural, enseñando y formando a nuestra ciudadanía en el liderazgo que nuestra provincia necesita para posicionarse en un mundo cada vez más sostenible y digital. El sexto centro se trata del abierto en la ciudad de Cáceres como Centro de Referencia de Emprendimiento y Transformación Digital denominado El Círculo, donde ya se han seleccionado los seis primeros proyectos de emprendimiento tecnológico que serán incubados y acelerados.
Territorios inteligentes
Nuestras 230 entidades locales de la provincia de Cáceres (incluidas las siete entidades locales menores) deben comenzar a desarrollar proyectos y elaborar estrategias para convertirse en ciudades y pueblos inteligentes. Localidades que apuesten por las nuevas tecnologías y la innovación para mejorar la calidad de vida de su población, impulsar medidas sostenibles o promocionarse como destino turístico tendrán muchas más posibilidades de progresar en todos los sectores. Apostar por todas nuestras oportunidades y fortalezas y, a través de enfoques participativos, mejorar las condiciones económicas, laborales, sociales y ambientales gracias a la tecnología y los recursos digitales.
Un pueblo inteligente será aquel que marque sus prioridades a través de una estrategia inteligente como resultado de un ejercicio de reflexión donde sus principales agentes ―sociales y económicos― determinan el modelo territorial al que quieren evolucionar.
Para conseguir ese imprescindible título de pueblo inteligente se debe trabajar una estrategia local que, al menos, incluya los siguientes apartados:
- Liderazgo y colaboración para una gobernanza inteligente del ecosistema digital. Es decir, que haya líderes locales proactivos y comprometidos con las oportunidades de la transformación digital.
- Capacitación, habilidades digitales y emprendedoras para acelerar el proceso de transformación digital. Esto solo será posible si las empresas locales, los ciudadanos y la Administración alcanzan el conjunto de habilidades relevantes para adquirir y aprovechar las oportunidades que presentan las tecnologías digitales.
- Formar a talentos digitales en nuestros pueblos, atraer y retornar a talentos digitales e impulsar una cultura emprendedora digital son algunas de las acciones de capacitación imprescindibles.
- Acceso a datos y tecnologías para soluciones aplicadas a los desafíos locales. Desarrollar estrategias de datos abiertos de territorio digital. Crear plataformas de datos abiertos.
- Infraestructuras e inversiones clave para la gestión del patrimonio natural y cultural.
- Detectar los principales servicios Smart relacionados con el territorio, las personas y las infraestructuras inteligentes.
Se debe trabajar desde nuestras Administraciones locales en colaboración con las provinciales, regionales, nacionales y europeas para:
- Crear entornos inteligentes (gestión sostenible de nuestros recursos, energía, agua, patrimonio cultural y natural…).
- Tener una ciudadanía conectada. Colaboración ciudadana e inclusión digital.
- Disponer de una economía y un tejido empresarial digitalizado con sistemas de innovación, empleo y emprendimiento.
- Que todas las personas que habitan nuestros pueblos disfruten de calidad de vida (salud, cultura, bienestar social, ocio, vivienda…).
- Formar un gobierno inteligente con un modelo de gobernanza transversal, abierto y transparente que se apoye en la tecnología para aumentar la calidad y eficiencia en la gestión de los servicios.
Desde ahora, la tecnología permite que nuestros pueblos, por pequeños que sean, puedan gestionar servicios, entre los que se pueden enumerar los siguientes:
- Medición de riesgos de incendios forestales.
- Recogida de residuos locales.
- Gestión red de puntos limpios.
- Limpieza de espacios públicos.
- Gestión de la red eléctrica y monitorización del consumo del alumbrado.
- Consumo y calidad del agua.
- Gestión inteligente del saneamiento y las depuradoras.
- Control de aforo de espacios públicos.
- Administración electrónica de todos los expedientes municipales.
- Control de los visitantes turísticos.
- Oficinas virtuales de turismo abiertas las 24 horas.
- Pasos de peatones inteligentes.
- Control de aparcamientos de vehículos.
- Gestión de comunicación y difusión de la información ciudadana.
- Gestión de plataformas de consultas, debates y presupuestos participativos.
- Control de incidencias de obras en vías urbanas.
- Servicios digitales de planificación y gestión urbanística.
Todo un mundo por descubrir y desarrollar. La Revolución Industrial pasó de largo por muchos de nuestros pueblos y ciudades en años anteriores, por tanto, no podemos permitir que la revolución digital y tecnológica que marcará el futuro de nuestros adultos y jóvenes en los próximos meses y años no sea aprovechada para garantizar la calidad de vida de nuestra gente y luchar contra la despoblación mediante el llamamiento y el mantenimiento de riqueza y empleo.
Cáceres como destino digital
“Relocalización” es el término que ha acuñado la Diputación Provincial de Cáceres para tratar de convertir a los pueblos cacereños en un destino digital donde empresas de cualquier lugar de la geografía regional, nacional o mundial puedan asentarse para desarrollar sus iniciativas empresariales.
El proceso de relocalización de empresas del sector tecnológico, el convertir a nuestra provincia en destino digital, tiene dos fases. La primera, en la que se está trabajando intensamente, trata de conseguir que empresas de fuera de nuestra provincia, región e incluso país se instalen en nuestra provincia y en su mayoría, lo están haciendo en ciudades como Cáceres o Plasencia. Solo en la ciudad de Cáceres hay en la actualidad más de 700 trabajadores del sector del software, y se espera que en los próximos años puedan llegar a cerca de 2000 empleos y se convierta este en una de las principales industrias de la ciudad. Además, en toda la provincia hemos pasado en un solo año ―el 2021― de 1489 trabajadores digitales a 2820, una subida espectacular, de las más importantes del país.
Y por otra parte, la segunda fase de la relocalización pasa por que muchas de esas empresas tecnológicas decidan instalar sus puestos de trabajo en los municipios de menos de 20 000 habitantes de la provincia. Este segundo proceso es, sin lugar a duda, más complicado y presenta más obstáculos, pero desde la Diputación provincial se cree que se debe impulsar y desarrollar de manera permanente para fomentar el empleo tecnológico en el ámbito rural.
Para conseguir esto último, la Diputación Provincial ha trabajado en el desarrollo de convocatorias de ayudas públicas, fruto de las cuales, y solo en el primer año 2022, un total de 17 trabajadores tecnológicos pasaron de trabajar en el mundo urbano al mundo rural en empresas que decidieron trasladar sus centros de trabajo a municipios rurales. Apoyar el teletrabajo, el traslado de centros de negocio o la creación de espacios de coworking en el ámbito rural son los objetivos de estas convocatorias públicas, creadas de manera innovadora por dicha Diputación.
Estamos dando los primeros pasos en este esfuerzo por llevar las empresas digitales desde cualquier lugar del planeta a nuestros pueblos y ciudades. Hoy es posible relocalizar empresas y trabajadores para que trabajen desde municipios cacereños, por pequeños que sean, donde la calidad de vida, la conectividad y la prestación de servicios nos pueden convertir en destinos idóneos para la implantación de industrias relacionadas con la tecnología.
Ningún pueblo, por pequeño que sea, debe renunciar a acoger empresas tecnológicas, por muy grandes que parezcan. Todo trabajador/a tecnológico tiene en nuestros pueblos y ciudades un destino idóneo desde el que trabajar para cualquier lugar del planeta. Trabajar desde lo rural para empresas del mundo es nuestro objetivo y la relocalización, nuestra herramienta para conseguirlo.