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Presentación del Libro Las Universidad Populares ante el reto de la plena igualdad
Victoria Flores Stols

Victoria Flores Stols

Directora del Área de Igualdad de FEUP-Editorial

Me crie en Villamanrique ―un pueblo donde las mujeres siempre hemos estado relegadas a un segundo plano― con dos hermanos de la misma edad. A pesar de tener que hacer las típicas tareas del hogar solo por el hecho de ser mujer, me sentía afortunada en comparación con mis “quintas”, porque mis padres me daban la misma paga y me dejaban regresar a casa a la misma hora que a ellos. Y, lo más importante, me dieron la oportunidad de estudiar, en vez de mandarme a un taller de confección. Cuando tenía 14 años se inauguró la Universidad Popular de mi pueblo; en ella se proyectaban películas, se ofrecían muchos cursos (mi primer taller fue de mecanografía, ¡y qué bien me está viniendo para escribir estas líneas!), se creó la revista Zahorí, en donde participábamos contando chascarrillos del pueblo, haciendo entrevistas, inventando el horóscopo, etc. Era un lugar de encuentro en el que cabíamos jóvenes, mayores, mujeres, hombres… Allí ya se respiraba igualdad y diversidad.

Desconectada de ese mundo rural durante casi dos décadas, regresé y me convertí en su directora. ¡Qué responsabilidad! He estado 12 años al frente de ella y todavía me enorgullezco cuando pienso en cómo esas mujeres, nacidas para sus maridos, capaces de llevar adelante su carga diaria impuesta ―algunas, incluso, con un trabajo remunerado aparte― acudían a todo lo que organizaba: cursos, talleres, charlas, viajes, teatros… Las mujeres han hecho de la UP de Villamanrique su lugar de encuentro y fraternidad, y la han convertido en un espacio violeta. Hemos avanzado mucho en esta materia; sin embargo, mientras yo siga oyendo en cualquier bar de mi pueblo a un hombre decirle a otro: “¿Qué? ¿Hoy no sacas a tu mujer?”, como si de un perro se tratase, pensaré que aún nos quedan muchas barreras que romper para poder alcanzar una igualdad real. Espero que los próximos capítulos sirvan para abrir mentes y avanzar en este camino.

Ante todo, gracias al gran equipo que ha hecho posible que el Libro de Igualdad sea una realidad. Y gracias también a la FEUP por darme la oportunidad de seguir formando parte del maravilloso mundo que son las Universidades Populares, de las que siempre llevaré un pedacito en mi corazón.