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Una estrategia y un plan de acción para el trabajo en red de las Universidades Populares en torno a la educación
Dr. Ab. Conrado Storani

Dr. Ab. Conrado Storani

Integrante de la Red Kairós

Dr. Hugo O. Juri

Dr. Hugo O. Juri

Integrante de la Red Kairós

La extensión universitaria como misión esencial de la universidad argentina y latinoamericana

La extensión universitaria en nuestro país cobra vida como parte central de la propuesta programática emergente de la reforma universitaria de 1918, cuyos acontecimientos históricos tuvieron como escenario nuestros claustros. Esa gesta tuvo, de manera paralela, dos consecuencias visibles que representaron un antes y un después en la vida de nuestras casas de ciencia.

Por un lado, la reforma fue el legado político de una generación de jóvenes inconformistas que lucharon por una universidad de excelencia académica y abierta a las nuevas tradiciones científicas y de pensamiento, crecientemente inclusiva de los colectivos sociales que transitaban en el país trayectorias de movilidad social ascendente, y, a su vez, que tendiera a desapegarse de los dogmas y a transitar su desafiliación con la iglesia católica y los sectores más conservadores de la Córdoba de principios del siglo XX.

Pero la reforma también representó un programa de gobierno y una agenda de cambios profundos en la institución universitaria, muchos de ellos ―como el cogobierno, los concursos docentes, el ingreso sin restricciones arbitrarias, la gratuidad de la enseñanza superior y el compromiso de los universitarios con la sociedad de la que se nutren― siguen aún vigentes, siendo los logros obtenidos siempre parciales y objeto de permanente revisión.

Con el correr de los años, dentro del modelo de universidad pública reformista, cobra centralidad la extensión como la proyección fuera de los claustros y edificios universitarios del compromiso de la comunidad educativa con la sociedad idealizando, muchas veces, dicho vínculo a partir de una concepción clasista imperante en la época acerca de la interrelación entre el movimiento estudiantil y el movimiento obrero.

Esta primera concepción de la extensión iría mutando a lo largo de las décadas acompañando las discontinuidades y rupturas del orden institucional en el país. Durante los diferentes gobiernos de facto, la misión extensionista desaparece de las agendas de gestión, mientras el cogobierno y la participación estudiantil fueron prohibidos y sus referentes censurados o perseguidos políticamente por las fuerzas de seguridad del Estado.

Bajo sucesivos gobiernos democráticos, la extensión se acercaría, en sus primeras etapas, a una visión corporativista del Estado; en otras, se orientaría a prácticas asistencialistas sustentadas en miradas paternalistas hacia los sectores menos favorecidos, y, durante el auge del neoliberalismo, privilegiaría el vínculo con el mercado y la transferencia tecnológica y de conocimientos, por citar diferentes estadios.

En el tránsito hacia el cambio de milenio se producen, de manera paralela, la emergencia y consolidación de una sociedad global interrelacionada e interdependiente que pone al desarrollo científico y tecnológico como el principal motor del cambio social, y un radical cambio del paradigma productivo industrialista imperante que es reemplazado por uno nuevo basado en una economía del conocimiento. Estos factores rompen con los tradicionales abordajes del empleo y las profesiones tradicionales, profundizan las desigualdades en nuestras actuales sociedades de riesgo e interpelan, de ahí en más, las intervenciones estatales en materia de educación y producción de conocimientos.

Profundizando en ese sendero de grandes transformaciones, actualmente, disciplinas disruptivas, como la inteligencia artificial o la biotecnología, entre otras, atraviesan nuestros debates acerca del modelo de sociedad del corto plazo privándonos de la posibilidad de adivinar con cierto grado de certidumbre en dónde y de qué trabajaremos dentro de cinco o diez años, cómo será la educación de nuestros hijos, cuáles serán las condiciones medioambientales que legaremos en términos intergeneracionales, en qué medios de transporte nos trasladaremos o bajo qué formatos tecnológicos canalizaremos buena parte de nuestras relaciones sociales.

Este escenario seguramente parecería distópico para la generación de nuestros padres, pero hoy es parte de nuestro día a día. Entonces, debemos repensar la institución universitaria y sus principales misiones bajo este tipo de nuevas realidades que nos atraviesan y que son productores de profundas inequidades que deben ser abordadas y mitigadas.

Este tipo de transformaciones sociales profundas reconfiguraron las tradicionales misiones de nuestras universidades públicas. Al iniciar nuestra gestión en el año 2016, enfrentamos un doble desafío a la hora de elaborar una propuesta de extensión universitaria anclada en la mejor tradición del modelo de universidad reformista, pero, a su vez, preparada para enfrentar decididamente los procesos de cambio social en marcha y comprometida a hacerlo sin dejar en el camino a los miles de jóvenes que hoy no llegan a nuestras universidades o fracasan en sus primeros años por acarrear problemas de aprendizajes que vienen de anteriores trayectos educativos.

Con esa pesada carga en nuestras espaldas emprendimos la planificación de una ambiciosa agenda de extensión universitaria que pudiera comprometerse con el vértigo del cambio científico y tecnológico en curso, pero que, a su vez, tuviese un anclaje firme en el territorio y en las necesidades locales y regionales. Una agenda extensionista en donde los estudiantes, docentes y egresados sean protagonistas del compromiso universitario y en donde la extensión pase a formar parte relevante de los currículos, se incorpore a los trayectos educativos formales y se convierta en una herramienta poderosa para la distribución social del conocimiento y de los saberes que abundan en nuestros claustros.

Es en este marco en donde se inserta el Programa de Universidades Populares coordinado por la Universidad Nacional de Córdoba, a través de su Secretaría de Extensión Universitaria, y presentamos en este capítulo sus principales características y las diferentes etapas que atravesamos en el camino a su consolidación geográfica e interinstitucional.

Una vuelta al mundo en doscientas Universidades Populares

Es un gusto poder acercar a esta obra colectiva un breve resumen de lo actuado desde el Programa de Universidades Populares (en adelante UU. PP.) coordinado desde la Universidad Nacional de Córdoba. Esta historia comienza en el año 1998, cuando en una primera gestión rectoral decidimos dar impulso a una estrategia extensionista anclada en el territorio, convencidos de la necesidad de llevar bien cerca de la ciudadanía todos los conocimientos, saberes, técnicas y aprendizajes disponibles en nuestras instituciones universitarias, históricamente encerrados en sus rígidas estructuras de facultades, institutos, departamentos, cátedras y carreras.

Abrazamos la idea de las Universidades Populares convencidos del recorrido histórico, pero también de la enorme potencialidad de dichas instituciones como vehículo para la promoción de puentes entre el conocimiento depositado en las instituciones de educación superior y las necesidades de parte de una sociedad que sostiene y financia dichas acciones académicas y científicas, pero que quizás nunca ha atravesado los muros de ellas.

En paralelo, la por entonces emergente y hoy consolidada sociedad de la información y del conocimiento ha empujado incrementalmente a nuestras comunidades a convivir con el cambio permanente, con la idea de riesgo, con las tensiones propias de las transformaciones tecnológicas y su consecuente impacto en el mundo del trabajo y en la vida cotidiana. Desde aquel tiempo en adelante se consolida un consenso global acerca de la necesidad de una distribución más democrática e igualitaria del conocimiento como factor que impida que la nuestra se convierta en una sociedad de diferentes velocidades, con ciudadanos incluidos y excluidos a partir de los trayectos educativos que hayan podido atravesar en el curso de una vida.

En aquella oportunidad nos preguntamos cómo hacer para que la Universidad Nacional de Córdoba, desde su misión extensionista, pudiera hacer llegar ese enorme capital acumulado de saberes y de actores en condiciones de aportar a cambiar y mejorar la vida cotidiana de miles de cordobeses revalorizando también el aporte de los saberes tradicionales y el intercambio de miradas sobre fenómenos comunes que nos atraviesan.

Dicha primera experiencia de apoyo técnico para la consolidación de una red de universidades populares en la provincia de Córdoba, lamentablemente, quedó inconclusa, en parte debido a las restricciones presupuestarias que afectaban a las instituciones públicas en aquel contexto histórico, y también debido a ese severo déficit de continuidad de las políticas públicas que nos afecta crónicamente como sociedad.

En el año 2016 tuvimos la oportunidad de volver a ejercer las funciones de conducción de nuestra universidad y, con un conjunto de colaboradores eficaces y comprometidos, decidimos retomar el desafío de consolidar un Programa de Universidades Populares en toda la geografía cordobesa, e incluso más allá de los límites provinciales.

Con el trabajo constante y la firme decisión de articular con los principales artífices del desarrollo ―municipios, cooperativas, sindicatos, etc.―, hoy el Programa se encuentra fuertemente consolidado, con capacidades institucionales y recursos que nos permiten, cotidianamente, llevar a cabo seminarios, jornadas, talleres, cursos, capacitaciones e intervenciones que aportan a mejorar la vida de la gente.

Resulta necesario aquí destacar y agradecer el enorme trabajo de intendentes y funcionarios municipales, de dirigentes sociales, de docentes y cátedras extensionistas y de todos aquellos que transitan diariamente por la gran agenda de actividades que llevamos delante de manera conjunta.

En el período 2018-2022, nuestra institución lleva firmados 210 convenios de creación de nuevas Universidades Populares en todo el territorio de la provincia de Córdoba y provincias vecinas, hemos inaugurado formalmente 120 y llevamos adelante actividades conjuntas en más de 100, números que son un enorme logro. Incluso en el contexto de la crisis sanitaria global, el Programa ha seguido creciendo y expandiéndose en toda la provincia con actividades que han movilizado a miles de docentes y alumnos.

Como métricas del Programa destacamos que desde él se han expedido ya 33 266 certificaciones de trayectos educativos, se han impartido 2145 cursos o talleres y participaron en ellos 653 capacitadores, muchos de ellos de las propias localidades en donde se asientan nuestras Universidades Populares.

El título de este capítulo lleva un nombre sugestivo. Dar la vuelta al mundo a través del Ecuador exige transitar 37 800 kilómetros. En el mes de abril de 2022 acabamos de superar esa distancia recorrida en los viajes emprendidos por el equipo de las UU. PP. de la UNC para consolidar una potente red de Universidades Populares en el centro de nuestro país, que cuenta con más de 200 nodos y que apuesta a una creciente institucionalización.

Alcance y sentido de las Universidades Populares

Cada Universidad Popular es mucho más que un mero programa educativo. Por ello, en su seno se decide de manera autónoma cuál es la agenda de prioridades, qué cursos dictar o qué ayuda técnica solicitar a nuestra Secretaría de Extensión Universitaria. Es parte de la filosofía de estas instituciones su independencia funcional para poder priorizar aquellos temas que afectan a una comunidad y que pueden ser muy distintos a los que visualizamos como prioritarios desde nuestras oficinas universitarias.

En un primer estadio las Universidades Populares se apoyan en gobiernos municipales o cooperativas, a modo de incubadora, pero la experiencia comparada nos muestra cómo, gradualmente, van cobrando autonomía y se van dando sus propias estructuras de gobierno. ¡Y es muy bueno que así sea!

Otra aclaración que nos parece oportuna mencionar es que el binomio Universidades Populares constituye un término compuesto. No son universidades en términos formales o legales que brindan educación estructurada al modo tradicional. En su evolución, por el contrario, han sido una mixtura entre las tradicionales escuelas de artes y oficios, las bibliotecas populares, los centros culturales y hasta los clubes políticos.

Las pioneras Universidades Populares La Alborada o Alejandro Korn ―ambas en la ciudad de La Plata― nacieron bajo este último formato de clubes de debate político. En cambio, las UU. PP. de La Boca o la de San Fernando del Valle de Catamarca se centraron en la reproducción de saberes atados a oficios tradicionales y a proveer contenidos educativos no estructurados. La de Belgrano, por su parte, solo desarrolla actividades de tipo cultural, mientras que en la experiencia jujeña funcionan como eficientes espacios de integración de los colectivos de inmigrantes, por citar algunos ejemplos en nuestro país.

A lo largo de su rica historia, estas instituciones han sido también cajas de resonancia de los debates que nos atravesaban como sociedad, como lo fueron las que los exiliados españoles llevaron a México o a Alemania durante la larga dictadura de Franco. También sirvieron para instalar y atender necesidades sociales, como en la experiencia extremeña en España, que inició con la alfabetización de la población en pequeñas localidades rurales distantes de las ciudades, continuó con la enseñanza de oficios como la albañilería y remató hace un par de décadas con políticas de alfabetización digital, reconversión laboral y contención de los jóvenes en sus comunidades, siendo un valioso ejemplo de continuidad institucional al acompañar las transformaciones que eran necesarias llevar a cabo.

De lo dicho entendemos que las UU. PP. deben ser instituciones flexibles, no atadas a formatos rígidos preestablecidos ni encorsetadas en dispositivos legales que las limiten o las asfixien. También deben ser instituciones que trabajen en red, de manera asociada, basadas en el principio de solidaridad que las caracterizan. Tenemos numerosos ejemplos de docentes que replican sus cursos en diferentes localidades, como así también la de docentes de cursos que son alumnos de otras actividades de la propia institución.

En un futuro cercano, imaginamos avanzar en la constitución de una red provincial y en una federación nacional de UU. PP. orientadas a consolidarlas institucionalmente y brindarles capacidades que potencien su independencia funcional y su estabilidad en el tiempo.

Por su parte, las universidades nacionales argentinas han avanzado mucho en este último tiempo en apoyar y consolidar redes de UU. PP. en nuestro país. Rosario acaba de inaugurar cinco nuevas, mientras otras se consolidan con el apoyo de la Universidad Nacional de Mar del Plata o de la Universidad de Nacional de La Rioja, en la localidad de Chamical. Por su parte, el Consejo Interuniversitario Nacional está llevando a cabo un trascendental aporte al institucionalizar los créditos educativos, lo que va a permitir que estudiantes de todo el país puedan elegir dónde llevar a cabo sus clases y prácticas, sin importar el lugar en donde vivan, cursando, incluso, en instituciones como las UU. PP.

Este enorme desafío de reconocer trayectos educativos viene de la mano de una fenomenal reconversión de saberes, conocimientos y prácticas profesionales alrededor del planeta, lo que va a exigir un rediseño de nuestras universidades a los fines de contribuir de manera efectiva a la universalización de la educación superior, cada vez más apartada del tradicional formato de carreras y títulos profesionales.

Allí las UU. PP. tienen una ventana de oportunidad de convertirse en nodos efectivos que posibiliten la formación estructurada, que promuevan trayectos educativos acreditables en el sistema de enseñanza superior y que permitan a estudiantes y docentes formar parte de este tipo de experiencias sin tener que migrar a ciudades con universidades tradicionales ya consolidadas. Pero también deben seguir haciendo lo que cotidianamente hacen, y hacen muy bien.

El Programa UU. PP. en la Universidad Nacional de Córdoba

El Programa Universidades Populares de la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Córdoba tiene como principal objetivo promover la difusión, la creación, el desarrollo y el fortalecimiento institucional de la figura de las UU. PP. en todo el territorio de la Provincia de Córdoba.

Con el objetivo de promover la educación para toda la vida, la educación para el trabajo y educación para democratizar el acceso a los conocimientos, la UNC, a través del Programa, pone a disposición de la comunidad y de las UU. PP. el bagaje de conocimientos y de trayectos educativos de los que dispone, los cuales se complementan con los ya existentes en cada una de las localidades del interior de la provincia.

Desde él se generan instancias de capacitaciones a responsables y coordinadores de cada una de las UU. PP. existentes o que se formen en el futuro en el marco del Acta Compromiso firmada con la UNC. El objetivo es la formación de capacidades institucionales locales a los fines de gestionar adecuadamente la Universidad Popular de cada localidad, generar el armado de cursos y talleres, relevar datos vinculando con los demás actores sociales y, lo más importante, reconocer la demanda local para potenciar el entramado productivo, social y cultural de cada región.

Por su parte, el Programa trabaja en colaboración con cada UU. PP. a los fines de relevar las demandas y necesidades que se crean pertinentes con respecto a las capacitaciones que se dicten y a las personas que participen de estas. También pone a disposición una plataforma para realizar la certificación conjunta de los trayectos educativos entre la Secretaría de Extensión de la UNC y el Programa Universidades Populares y cada una de las UU. PP.

Con el objetivo de impulsar la creación de UU. PP. y fortalecer el proyecto, el Programa establece los vínculos necesarios con las facultades de la UNC a los fines de generar capacitaciones y trayectos formativos que tengan relación con las incumbencias académicas de cada una de ellas y lo que será dictado en las diferentes localidades. A su vez, genera vínculos con organizaciones, fundaciones, clubes, bibliotecas populares, sindicatos, etc., para crear nuevos proyectos de capacitaciones.

La UNC articula las acciones llevadas a cabo en el marco del Programa Universidades Populares con su Secretaría de Asuntos Estudiantiles, como así también con otras iniciativas extensionistas y solidarias, constituyendo un gran aporte a la dinámica de las UU. PP. en funcionamiento o a crearse a través de la labor solidaria y creativa de miles de alumnos y docentes y del cúmulo de trayectos de formación existente en sus diferentes propuestas académicas.

El Programa incorpora los Objetivos de Desarrollo Sostenible y trabaja en el marco de la Agenda 2030 generando capacitaciones, actividades y proyectos que promuevan el cumplimiento de tales objetivos, principalmente, el objetivo número 4 (Educación de Calidad), el 5 (Igualdad de Género) y el 17 (Alianzas Estratégicas).

Desde la UNC se aporta a la constitución y consolidación de una red de Universidades Populares en el territorio de la Provincia de Córdoba y a estrechar vínculos colaborativos con otras del país y el extranjero.

Los objetivos de la norma de creación del Programa de UU. PP. han sido:

  • Concebir a las UU. PP. como casas de estudios no formales que no dictan carreras ni posgrados, sino que se especializan en la capacitación laboral, en la oferta de cursos y talleres abiertos y en la certificación de saberes adquiridos.
  • Concebir a las UU. PP. no solo como un proyecto cultural, sino un proyecto político, un ejercicio de democracia participativa que puede generar desarrollo sustentable y justicia social con alta eficiencia y sin necesidad de gastos fijos.
  • El objetivo, el proceso y la misión de cada Universidad Popular en particular debe ser generado desde cada comunidad con apoyo de instituciones e intelectuales.
  • Deben propender a constituirse en red de asociaciones y federaciones que les den contención, orientación estándar, lógica, apoyatura política, etc., para no volver a caer en el aislamiento y voluntarismo que apagó la luz de muchos proyectos de UU. PP. de principios del siglo XX.

Dentro de la estructura de roles, la universidad se ocupa de:

a) contribuir con el diseño, la estructura legal y administrativa para el funcionamiento de las UU. PP.;

b) la realización de una evaluación académica y pedagógica de los cursos que se iban a dictar en las UU. PP.;

c) la certificación de los conocimientos y habilidades adquiridas o, en su caso, de la asistencia, y

d) la ampliación de la oferta de capacitación y formación.

Las municipalidades o instituciones contrapartes se ocupan de:

a) organización y convocatoria de los diferentes actores sociales de la comunidad;

b) análisis de la oferta en vigencia y de la propuesta a desarrollar, y

c) espacio “institucional” y físico para el dictado de los cursos.

Ambas partes de dedican a:

a) elección, evaluación y formación de los capacitadores;

b) financiación de las horas cátedras de los capacitadores, y

c) organización de encuentros y actividades para el fortalecimiento institucional.

Agregamos como dato relevante que el Programa UU. PP. de la UNC dialoga con otros programas extensionistas que abonan el camino de trabajo de la red de Universidades Populares de nuestra provincia. Solamente a modo de ejemplo, nuestra Escuela de Oficios lleva capacitaciones a todo el territorio, el Programa Raíz aporta a la formación de cuadros y capacidades de gestión local, Compromiso Social Estudiantil articula el trabajo en territorio de nuestros alumnos, docentes y cátedras extensionistas, Puntos de Extensión brinda territorialidad a nuestras intervenciones…

Cada una de las acciones emprendidas están atravesadas por los Objetivos de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas y comprometidas con una perspectiva de género.

Para que ello no sea meramente declamativo, hemos confeccionado un mapa georreferenciado de todas y cada una de las intervenciones de nuestros programas extensionistas en el territorio con ajustadas métricas de las acciones llevadas a cabo, lo que nos permite su fácil accesibilidad, y se constituye también en una importante base de datos que permite rendir cuentas de lo actuado.

Queda como principal desafío por delante la continuidad del Programa a través de sucesivas gestiones universitarias y de los gobiernos locales que nos acompañan gestionando y coordinando nuestras Universidades Populares, como así también la institucionalización de una red provincial y otra nacional de UU. PP. en todo nuestro territorio.

Tenemos la firme convicción de que estas novedosas instituciones ya tienen raíces firmes y de que han llegado a nuestras localidades para quedarse cambiando definitivamente la impronta del vínculo entre nuestra universidad pública y nuestra sociedad.