Introducción
Las Universidades Populares siempre han tenido como misión promover la participación social, la educación, la formación y la cultura para mejorar la calidad de vida de las personas y la comunidad.
Tienen su origen y razón de ser en la educación de adultos dentro de la educación permanente que genera herramientas para lograr la participación social y el desarrollo personal.
Las líneas de actuación de las Universidades Populares giran en torno a:
- Educación para el desarrollo de la personalidad y el ejercicio de las responsabilidades cívicas, que es una de las competencias clave para el siglo XXI.
- Igualdad de la mujer y feminismo.
- Disfrute de la buena salud.
- Contribuir a la actualización educativa y a la formación para el empleo.
- Impulsar las producciones culturales propias de las personas y grupos de las Universidades Populares y su difusión como elemento fundamental del desarrollo cultural de la localidad.
- Promover la integración social a través de la educación y formación realizando programas específicos con los grupos más desfavorecidos a fin de facilitar el acceso a los bienes sociales y culturales en condiciones de igualdad.
- Sensibilizar, motivar y facilitar el acceso de toda la ciudadanía, los bienes y servicios educativos, formativos y culturales.
- Potenciar el desarrollo personal y colectivo de los participantes favoreciendo la convivencia y la tolerancia.
- Conservación y enriquecimiento de la herencia cultural.
En la actualidad, las Universidades Populares tienen una gran influencia en la sociedad debido al interés que muestra el alumnado en la formación innovadora, centrada en el empleo, la cultura y la igualdad entre hombres y mujeres y, sobre todo, muy comprometida con el objetivo 4 de la Agenda 2030, el cual establece “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
Para las Universidades Populares la educación es una prioridad a fin de que, junto con las demás instituciones de formación (Universidades, centros de Formación Profesional, gobiernos y ciudadanía), seamos todos capaces de poner en marcha la transformadora metodología de las competencias clave, cuya finalidad es la de ayudar a los centros educativos y a las familias en su desarrollo y lograr que las personas sean seguras de sí mismas, flexibles, responsables del aprendizaje, activas y comprometidas social y cívicamente.
Con esta metodología, la educación del siglo XXI no puede concebirse únicamente como competencia de los centros educativos reglados (colegios, centros de Formación Profesional y universidades), sino que hay que tener, además, en cuenta a las Universidades Populares y a los centros de formación ocupacional. Tampoco podemos pretender que toda la responsabilidad de esta metodología recaiga en las entidades regladas, ya que si incurrimos en este error, no llegaremos a la meta como Universidades Populares. Se trata de entender que todas las entidades son complementos, tienen visión de conjunto, además de un efecto multiplicador.
Competencias clave
Se definen las competencias clave como una combinación de conocimientos, capacidades y actitudes en las que:
- Los conocimientos se componen de hechos y cifras, conceptos, ideas y teorías que ya están establecidos, que es el “saber”.
- Las capacidades se definen como la habilidad para realizar procesos y utilizar los conocimientos existentes para obtener resultados, que es el “saber hacer”.
- Las actitudes describen la acción y la disposición ante las ideas, las personas o las situaciones. También son definidas como la “organización de los sentimientos, de las creencias y los valores, así como la predisposición de una persona para comportarse de una manera dada” (Miguel, 1991).
La adopción del modelo de competencias clave en educación por parte de las Universidades Populares supone para el alumnado y el equipo docente mover el foco de la enseñanza al aprendizaje
Como ejemplo para entender la diferencia entre el enseñar y el aprender lo cuenta muy bien en Tratado de Filosofía Zoom José Antonio Marina: “Cuentan que el primer día de clase, un profesor de pedagogía dijo a los futuros maestros: ‘He dedicado este verano a enseñar a hablar a mi perro. Está ahí fuera y si quieren lo paso para que les haga una demostración’. Y ante el sentimiento entusiasta de los alumnos, introdujo al perro, que se tumbó delante de la mesa. Pasaron cinco minutos y el perro no había dicho ni una palabra. Pasaron otros cinco y el perro seguía mudo. Al final, un alumno se levantó y dijo: ‘Señor profesor, su perro no habla’. El profesor respondió: ‘Su observación es acertada, y muy importante para su futura profesión de docente. Yo he dicho que había enseñado a hablar a mi perro, no que mi perro hubiera aprendido’. No olviden que su profesión no es enseñar. Su profesión es conseguir que aprendan”.
En la sociedad actual del conocimiento disponemos de mucha información gracias a internet, las redes sociales, etc. Sin embargo, esta información se crea y se queda obsoleta de un modo tremendamente veloz. El concepto de “conocimiento” engloba el de “información contextualizada y agrupada” y el de la “comprensión” sobre cómo utilizarla.
¿Cuáles son las Competencias clave?
Línea 1. Metodología para la impartición basada en la práctica y experiencias multisensoriales
La metodología para desarrollar los programas formativos se podría enfocar a partir de una perspectiva holística, es decir, intentando integrar todas las alternativas posibles con el objetivo de cubrir las necesidades de las participantes y los objetivos del programa.
Partiendo de la explicación teórica de algunos de los contenidos, se promoverá sobre todo la participación e interacción de las participantes de un modo eminentemente práctico y sensorial.
El objetivo fundamental de esta perspectiva de trabajo es poner a las participantes en el centro de sus procesos de cambio haciendo que sean el eje activo y vertebrador de las actividades que se van a realizar, de modo que valoren positivamente sus capacidades y paralelamente incrementen sus niveles de confianza y autoestima.
Mientras que con el aprendizaje práctico el alumnado puede llevar los conocimientos teóricos a la práctica, con el multisensorial aprende y se desarrolla emocional, cognitiva y socialmente.
Sirva como ejemplo la experiencia que he vivido hace unos meses, una experiencia llamada Skills, en el Centro Integrado de Experiencias Agrarias, en la que el alumnado formaba equipos de 10 personas e invitaban al alumnado de otros centros educativos a participar. Consistía en una competición para realizar jardines verticales. Se destacó todo lo aprendido en cuanto a la teoría y la práctica del curso más las habilidades blandas, como el trabajo en equipo, el liderazgo, la capacidad de frustración, la gestión emocional, etc. Los resultados de la competición fueron unas verdaderas obras de arte de jardines verticales, como si las personas que hicieron ese maravilloso trabajo hubiesen sido profesionales del sector y, sin embargo, fueron jóvenes estudiantes que, a través del aprendizaje práctico y de la experiencia multisensorial, habían conseguido el mismo resultado.
Con esta metodología de enseñanza, el alumnado tiene la oportunidad de llevar los conocimientos que ha aprendido sobre el papel a la práctica y consigue que la experiencia de aprendizaje sea completa y enriquecedora. En definitiva, los alumnos aprenden haciendo y descubriendo sus propias capacidades, fortalezas y debilidades.
¿Qué beneficios aporta?
Garantiza el éxito del aprendizaje: realizar actividades experienciales es de gran ayuda a la hora de aprender cosas nuevas, ya que permite formarse en distintas áreas y desde perspectivas empleando todos los recursos de que dispone el cuerpo.
La antigua fórmula de aprendizaje (el basado solo en lo teórico) está desfasada, pues se recuerda mientras dura el curso, pero, al cabo de un tiempo, se olvida. ¿Cuántas personas pueden recordar todos los ríos y afluentes que estudiamos cuando éramos jóvenes? Nadie.
¿Cuántas personas recuerdan una formación cuando está relacionada con una experiencia positiva? Muchas.
Esta metodología de formación, respecto a las relaciones sociales y trabajo en equipo, ayuda al alumnado a crear vínculos con los compañeros y, a la vez, el trabajo en equipo se ve favorecido, lo que es beneficioso para el futuro laboral del alumnado.
La formación tiene que ir acompañada de experiencias vivenciales que, en definitiva, es lo que vamos a recordar y lo que nos va a enriquecer en cuanto a capacidades y habilidades como personas y profesionales.
Línea 2. Introducir dentro de la formación de capacitación las soft skills
Las denominadas habilidades blandas o sociales (soft skills) nos preparan para los cambios que están teniendo lugar y para aquellos que aún están por llegar. La década 2021-2030 demanda profesionales capaces de desenvolverse en entornos de teletrabajo, de convivencia entre distintas culturas y formas de pensar con habilidad para tomar decisiones, ser flexibles y concebir nuevas ideas.
Es fundamental introducir el desarrollo de las habilidades sociales como elemento catalizador de los procesos de cambio y empoderamiento femeninos.
El objetivo de impartir formación de soft skills es dar a conocer las destrezas o características personales que permiten comunicarse e interactuar de manera efectiva con las demás, adaptarse a los cambios, saber trabajar en equipo, asumir el liderazgo, motivar y colaborar con las demás.
En este sentido, las soft skills están relacionadas con las competencias sociales y cívicas.
Mi primera experiencia fue con el Programa SARA el año 2015, cuando, por primera vez, dentro de la Capacitación Profesional (una fase del programa de 75 horas que, obligatoriamente, había que impartir), se trataba de la fase de Motivación con las temáticas de autoconocimiento, autoestima, gestión de emociones, las fortaleza y debilidades, el cuerpo, bienestar y el espacio, etc. Al final del programa fui consciente del cambio que habían experimentado todas las mujeres integrantes del curso, además de conseguir formar un grupo muy cohesionado que se ha mantenido a lo largo del tiempo.
Esta parte formativa ayudó a las mujeres a estar más dispuestas y motivadas para la formación de capacitación de dicho programa. De modo que, en mi opinión, es fundamental partir de la base de trabajar en el aula las soft skills para que las personas participantes puedan conseguir finalizar su itinerario formativo y, con ello, la inserción sociolaboral.
Línea 3. Promoción e incentivo del equilibrio de género
Promoción e incentivo del equilibrio de género en el acceso de la mujer a los perfiles de formación relacionados directa o indirectamente con las titulaciones de formación STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y creatividad) y a su inserción profesional.
Muchos sectores productivos se caracterizan por el desarrollo de labores poco cualificadas por parte del género femenino. Con este proyecto se pretende dar formación a jóvenes emprendedores de ambos sexos para que puedan desarrollar, dentro del sector productivo, actividades técnicas, innovadoras y sostenibles.
La fundamentación de esta propuesta se cimienta en la perpetuación de los roles femeninos en la sociedad del siglo XXI.
A pesar de los avances que se han venido dando en materia de promoción de la igualdad de género en las últimas décadas, aún queda mucho camino por recorrer para romper los usos y costumbres arraigados en nuestra sociedad, que siguen posicionando a las mujeres en lugares de inferioridad con respecto a sus congéneres masculinos.
Cierto es que muchos de esos usos y costumbres son promovidos por las propias mujeres, que, siguiendo las inercias sociales y las presiones ambientales, sucumben a la hora de ejercer roles tradicionales y contribuyen a perpetuar este tipo de comportamientos. Por ello, creemos necesario explorar nuevas opciones y mostrar a las mujeres del siglo XXI que sus alternativas personales y profesionales pueden ir más allá de lo “políticamente establecido como adecuado para ellas”, hacerles ver que existen nuevas profesiones en las que pueden desarrollarse con éxito, mostrarles lo satisfactorio que es sentirse la dueña de su día a día y poner en su horizonte nuevos retos y caminos por recorrer.
En definitiva, diseñar propuestas formativas que desliguen a la mujer de su estereotipo de género, como son el caso de dependientas de comercio, personal de cocina, de ayuda a domicilio, de gerontología y cuidados geriátricos, etc. Caemos en el error al pensar en que si no hacemos este tipo de cursos, no vamos a conseguir las participantes necesarias, pero si cambiamos, en primer lugar, las personas que coordinan los planes de formación y creamos una estrategia de investigación acerca de qué profesionales hacen falta en nuestra ciudad, es posible que obtengamos resultados a corto y medio plazo que nos sorprenderían.
Otro punto importante para introducir dentro del plan de formación de las Universidades Populares es fomentar las charlas, talleres, seminarios y formación en materia feminista y lenguaje inclusivo.
Línea 4. Innovación tecnológica
Transferencia de conocimiento entre centros que imparten formación del sistema educativo y empresas o entidades mediante el intercambio de experiencias innovadoras o de I+D+i a nivel nacional, autonómico o local.
Además del carácter innovador del proyecto, se van a generar sinergias entre los centros educativos y las empresas. La experiencia adquirida tanto por el profesorado como por la formación que obtendrá el alumnado va a repercutir en una formación de calidad y de aplicación a todo el ámbito geográfico, nacional e internacional, que creará un nuevo modelo educativo con vistas al futuro a partir de la incorporación de las nuevas tecnologías en la educación.
Línea 5. Formación cultural y recuperación de tradiciones
La formación en teatro, escritura creativa, exposiciones de arte local, grupos de lecturas de poesía.
Esta tipología de formación pretende, a través del arte, proporcionar a las personas una alternativa real de desarrollo humano, de convivencia positiva y construcción de ambientes armónicos fundados en la comunicación, la tranquilidad y el respeto. Aboga por poner en perspectiva un panorama distinto que contraste con los esquemas de desigualdad, adquirir nuevas habilidades de conocimiento, reflexión y expresión y que las personas participantes en la formación aprendan nuevas formas de relacionarse y comunicarse. Para ello, se apuesta por crear un espacio donde llevar a cabo puestas en común y trabajar a través del cuerpo y la voz y acercarse a lo escénico, a la escritura, a la lectura, etc. desde lo personal con el objetivo de empoderar a las personas participantes mediante un trabajo interno de autoconocimiento y puesta en valor de sus capacidades.
Línea 6. Formación continua del profesorado
La formación del profesorado constituye un elemento fundamental para dar respuesta a los nuevos retos educativos, sobre todo, en lo referido a la metodología de enseñanza a través de competencias clave que plantea la sociedad actual, puesto que se trata del factor fundamental para conseguir la mejora de la competencia profesional de cada docente, lo que contribuirá, en consecuencia, al desarrollo de una enseñanza de calidad y equidad.
La formación permanente del profesorado tiene como objetivo promover el desarrollo profesional docente y mejorar la calidad de la práctica educativa.
Según lo que establece el Artículo 102, LOE/LOMCE, “La formación permanente del profesorado es considerada un derecho y una obligación de todo el profesorado”.
Si hablamos de calidad educativa y de formar a un alumnado en competencias clave, solo podremos conseguirlo si contamos con una formación de sus profesionales actualizada y adaptada a los retos del mundo laboral y la sociedad.
Los problemas que se le presentan hoy a las Universidades Populares son muy diferentes a los que tenía hace algunos años. Por tanto, no pueden considerarse como válidas las antiguas prácticas y soluciones para dar respuesta a las nuevas situaciones.
En una sociedad y en unas aulas cada vez más plurales y heterogéneas, la respuesta de calidad del sistema educativo pasa por ofrecer respuestas para el éxito educativo a todo el alumnado, atender su diversidad y respetar sus diferencias de género, de procedencia social, étnica y cultural.
Línea 7. Emprendimiento
Las aptitudes y las grandes ideas propuestas por los emprendedores en los últimos tiempos se están convirtiendo en una de las claves para mejorar la situación del sector empresarial y ayudar a futuros emprendedores a crear su empresa.
Para montar una empresa se necesita hacer un proyecto de viabilidad, un análisis de mercado, un estudio de comportamientos, además de conocer los sistemas de financiación y ayudas, el sistema fiscal y laboral, etc.
Línea 8. La importancia de la formación en el medio rural
Diseñar programas formativos donde incluyan aspectos específicos de interés para jóvenes, además de las necesidades en materia de innovación y digitalización con la finalidad de que se establezcan profesional y laboralmente en el entorno rural.
Otro punto importante para tener en cuenta y de vital importancia es ayudar con programas de formación a dar visibilidad al papel laboral de las mujeres rurales.
Es deseable diseñar itinerarios formativos (emprendimiento social en economía circular y planificación e iniciativa emprendedora en pequeños negocios o microempresas) para el empleo sostenible en el ámbito rural.